Las bolsas desde Asia hasta Europa sufrieron un duro golpe y los rendimientos de los bonos cayeron debido a que los inversores se apresuraron a buscar activos de refugio seguro y apostaron a que la Reserva Federal de Estados Unidos ahora necesitaría recortar agresivamente las tasas de interés para estimular el crecimiento.
La liquidación fue brutal y el grupo de acciones llamado los Siete Magníficos (el principal impulsor de los índices que alcanzaron máximos históricos a principios de este año) se encaminó a perder un valor de mercado combinado de 1 billón de dólares.
Las acciones de diferentes compañías caían entre un 4,6% y un 5,6% respectivamente, tales los casos de Apple y Nvidia, según un reporte de la agencia de noticias Reuters.
El informe citó "un débil informe de empleo y una contracción de la actividad manufacturera en la mayor economía del mundo", junto con pronósticos sombríos de las grandes empresas tecnológicas estadounidenses.
Decepcionantes datos de empleo también desencadenaron lo que se conoce como la "Regla Sahm", considerada por muchos como un indicador de recesión históricamente preciso.