AGRONEGOCIOS

Revolución agrícola argentina en Filipinas

Nicolás Bolzico es licenciado en Economía y hace unos cinco años desembarcó en Filipinas, donde aprovechó el atraso tecnológico del agro para importar maquinaria e insumos argentinos. Más tarde, creó una empresa de agronegocios. “Acá está casi todo por hacer: aún siembran el maíz a mano, aran la tierra con bueyes, la fumigan a pie con una mochila, y la cosechan con cuchillas”, cuenta a Ámbito Biz.

Ambito financiero
8 de Junio de 2016

 Una verdadera historia de película. El protagonista principal es Nicolás Bolzico, oriundo de Esperanza, Santa Fe, quien vivió en el campo hasta los 18 años para luego emigrar a la ciudad con el objetivo de comenzar sus estudios universitarios. Se recibió de economista en 2005, y luego hizo una maestría en Finanzas. No conforme con ello, en 2007 realizó una especialización sobre la misma temática en el European Business School en Londres. 

Años más tarde el destino lo cruzó con Filipinas. Fue en mayo de 2011, cuando vine a Manila (su capital) por trabajo para hacer un informe sobre macroeconomía, cuenta Nicolás. En ese entonces era parte de AFA Press, una empresa que produce reportes sobre diferentes países que luego son publicados en los medios. 

Explorando el campo de estudio observó la gran oportunidad que había en el sector agrícola filipino, uno de los menos desarrollados en el país. Aún siembran a mano el maíz, aran la tierra con carabaos (bueyes filipinos), la fumigan a pie con una mochila, la cosechan con cuchillas, y después lo secan al sol, cuenta. 

Finalmente el consejo de un conocido empresario de Esperanza, lo impulsó a emprender del sudeste asiático. El dueño de FIMACO, Perico Gauchat, hoy ya fallecido, me sugirió a través de mi papá que observe qué hacían los filipinos con las plumas de los pollos, porque su compañía tenía los equipos para transformarlas en harina de pluma (para consumo animal), a esto se lo llama rendering, narra. Al otro día, se reunió con el dueño de una de las empresas agrícolas más grandes de Filipinas y presentó lo que hacía FIMACO. Luego enviaron un técnico a la Argentina para chequear la tecnología y terminaron comprando los equipos para poner una planta de rendering. Ese fue el puntapié inicial, señala. 

Después de esta exitosa transacción, el economista renunció a AFA Press y decidió radicarse en el país asiático, donde creó la firma LM10, una desarrolladora de agronegocios, con el objetivo de mejorar el sector agrícola filipino. En ese sentido, subraya el hecho de haber crecido rodeado de agronegocios ya que le permitió ver muchas ineficiencias en el sistema productivo filipino. Y aunque algunas de ellas no se podían mejorar por temas de infraestructura y/o culturales, afirma que muchas eran cuestiones de educación y falta de tecnología. 

LM10 vio la luz con una inversión inicial de u$s 50.000, cuya mayor parte provinieron de los propios ahorros de Bolzico. Respecto a la rentabilidad de la empresa, en promedio, tiene márgenes del 30% después de los impuestos, de acuerdo con cifras de la firma, que cuenta con ocho empleados fijos, y suma contratados por proyectos.

Actualmente, la empresa ya instaló en Filipinas varias plantas de rendering, llevó la siembra directa importando máquinas argentinas y se encuentra desarrollando un laboratorio de fertilización In Vitro junto con un socio argentino (Tauron) para el Gobierno filipino (ganó un proyecto para 600 preñeces). 

De todos modos, el argentino no olvida lo duro que fueron los primeros meses: Pasa un buen tiempo hasta que te conocen bien y confían en vos, además China está muy cerca y la competencia es feroz. Pero analiza que el hecho de haber cerrado un primer proyecto con Vitarich lo ayudó mucho: de ahí en adelante crecimos al 20% en promedio año a año. 

Entre los principales obstáculos que debió sortear en el día a día, el esperancino apunta sin dudas a la organización de la agricultura filipina. Las parcelas de tierras son muy chicas, en promedio son de tres hectáreas, no existen las economías de escala y la mecanización es casi inexistente, indica. Aunque los escollos para el crecimiento de la empresa también provenían desde la Argentina, al momento de exportar maquinarias e insumos hacia Filipinas. Sufrimos mucho la falta de predictibilidad argentina en los últimos años, sobre todo respecto a los aranceles a la exportación, costos de logística domésticos, inflación y burocracia aduanera. 

OPORTUNIDADES 

Para el corto y mediano plazo, la compañía analiza varias posibilidades de expandirse no sólo en Filipinas sino también en Asia. Queremos cruzar las fronteras con el negocio del procesamiento de desechos animales. También tenemos previsto importar más tecnología agrícola argentina, resalta el fundador de LM10. Otro proyecto que está desarrollando -ya tiene contratos firmados- es la exportación de maquinaria china a Sudamérica. Nuestra idea no es vender directo a clientes, sino a fábricas que necesiten máquinas específicas que no se produzcan en el país, añade. 

CAPACITACIÓN EN ARGENTINA 

LM10 acaba de firmar un proyecto con una fundación local (Calata Foundation), para capacitar a 15 filipinos en la Universidad del Litoral, en Esperanza, Santa Fe, en todo lo relacionado con tecnología agrícola. El objetivo es que todo lo que aprendan en Argentina, luego lo transmitan a otros filipinos, expresa Nicolás. Y añade: Buscamos focalizar en mecanizar y hacer todo el proceso de producción agropecuaria más eficiente, por eso es muy importante este proyecto educativo. Vale resaltar que Filipinas tiene una población de unos 100 millones de personas y que su producción de alimentos es muy limitada, por eso debe acudir a la importación 

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