Por mejora en precios internacionales, bajó la proporción de la renta agraria que se queda el fisco
Por cultivos, la mayor participación del Estado se vio en la soja, con $68,4 por cada $100 de renta agropecuaria. El listado se completó en el maíz, con $53,9; en el trigo, con $50,4; y en el girasol, con $44,8.
En el segundo trimestre de 2022, la participación del Estado en la renta agrícola bajó en 3,4 puntos. De acuerdo a un estudio privado, esta situación se generó a partir de una mejora en el precio internacional de los granos, potenciada por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y en los rindes de los cultivos. Más allá de la baja en esta variable, el incremento en las cotizaciones potenció las ganancias del sector productivo y, de esta manera, también permitió aumentar la recaudación fiscal.
Este panorama se conoció en medio de la tensión entre campo y Gobierno por el incremento en los derechos de exportación al complejo agroexportador. En un contexto de fuerte presión inflacionaria en el valor de los alimentos, la Casa Rosada busca desacoplar las subas en Chicago de los precios domésticos.
Además, el proyecto para gravar la renta inesperada, presentado esta semana por el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, sumó un nuevo foco de conflicto, sobre todo con la industria emplazada en las terminales portuarias del Gran Rosario. Los exportadores, tal como adelantó este medio, consideraron que, desde el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania, aportaron USD1.026 adicionales en concepto de retenciones.
El conflicto bélico en la región del Mar Negro disparó las cotizaciones de los granos. Mientras la soja llegó a USD640 la tonelada, el trigo recuperó parte del terreno perdido en los últimos días y cotizó sobre los USD400. El contexto internacional es favorable para los precios y esta situación se reflejó en el ingreso de divisas. En los primeros cinco meses del año, acumuló USD15.329 millones, lo que, en relación al mismo período del año pasado representó una mejora de USD2.000 millones. Este incremento se explicó a partir de los despachos de harina de soja y aceite de girasol.
En base a estos números, la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada) calculó el aporte impositivo de los principales cultivos. Señaló que, de cada $100 generados por cereales y oleaginosas, recibió $61,5 en impuestos . En el primer trimestre habían sido $64,9.
En el caso de soja, los impuestos nacionales que pagó una hectárea pasaron de $74.250 a $89.986; en maíz de $45.316 a $54.480, en trigo de $26.209 a $38.069 y en girasol de $22.306 a $42.693. "La suba de precios de los granos no sólo beneficia a la producción agropecuaria, sino que también el Estado recauda más e ingresan más dólares al país", explicó Nicolle Pisani Claro, economista de la entidad.
Por cultivos, la mayor participación del Estado se vio en la soja, con $68,4 por cada $100 de renta agropecuaria. El listado se completó en el maíz, con $53,9; en el trigo, con $50,4; y en el girasol, con $44,8. El trabajo elaborado por Fada consideró impuestos nacionales, provinciales y municipales. En el caso de tributos nacionales, el mayor peso correspondió a derechos de exportación, seguidos por el impuesto a los créditos y débitos bancarios.
Al considerar cuales fueron las provincias que más aportaron desde su actividad agropecuaria, el trabajo de Fada calculó que en Entre Ríos, de cada $100 generados por el campo, $64,1 se destinaron a impuestos . En San Luis fueron $62,5; en Córdoba, $62,3; en Santa Fe, $59,7; y en Buenos Aires, $59,6.