Las comparaciones no son odiosas...¿Maíz temprano o maíz tardío?
Uno es más estable pero tiene gastos comerciales son enormes. Análisis de costos y precios para desglosar los márgenes de rentabilidad en dos zonas de producción.
En los últimos años, la proporción de maíz tardío ha aumentado en detrimento de los cultivos sembrados de manera temprana. Su mayor estabilidad en rendimiento y menores costos de producción son algunos de los beneficios destacados por los productores. Ahora, no todo es de color de rosas. Su cosecha a partir de junio no asegura una humedad en grano similar a los levantados en marzo/abril. Dependiendo del año para llegar a las condiciones comerciales optimas, hay que bajarle entre 2 y 3 puntos de humedad, además de las paritarias que cobran las plantas de acondicionamiento. Para comprender un poco más sobre las diferencias de estos cultivos, es que se realizó un análisis comparativo entre ambos en dos zonas, oeste y norte de la provincia de Buenos Aires.
Análisis de costos
Tomando estas zonas como referencia, se realizó un análisis de costos e ingresos para esquemas de campo alquilado según se implante maíz temprano o tardío en la campaña 2017/18 con destino exportación. Se hace esta última aclaración, ya que lo destinado a consumo suele tener menor flete y menores requerimientos comerciales. En el caso de la región oeste, se consideran rendimientos de 9.000 y 8.000 kg/ha para el cultivo temprano y tardío respectivamente, mientras que para el norte de Buenos Aires se suponen 11.000 y 8.400 kg/ha según corresponde. Para estimar los ingresos se toma como referencia las posiciones abril-18 y julio-18 en el MATba al cierre de la edición de la revista.
Como puede observarse (gráfico 1), el ingreso bruto supera al total de costos, directos e indirectos, en ambas zonas para el planteo de maíz temprano. Por el contrario, no se alcanzan resultados positivos en el caso de cereal de siembra tardía en la zona núcleo, mientras que en oeste de Buenos Aires los ingresos solo superan levemente a los costos.
Si bien el margen neto resultante es menor en ambas zonas analizadas, la estabilidad de rendimiento del maíz tardío es muchas veces un argumento de importancia en favor del mismo a la hora de tomar la decisión de siembra. Por ello, se analiza cómo se modifica el resultado económico en cada uno de los modelos evaluados conforme varía el rendimiento frente al mencionado anteriormente (Figura 2).
De este análisis surge que, para la zona oeste, aún una baja del 20% en el rendimiento del maíz temprano arroja un mejor margen neto que un rendimiento 10% inferior al presupuestado en maíz tardío. Por otro lado, en la región núcleo, no existen diferencias en el margen neto, entre maíz tardío con un rendimiento 20% superior y un temprano con un rinde 20% por debajo del presupuesto.
Al desglosar los márgenes, se puede observar que, a pesar de los menores costos de implantación y protección, el maíz tardío posee elevados gastos comerciales, principalmente por la secada del grano, que fue estimada en 3 puntos de humedad para este análisis. Esta práctica de acondicionamiento conlleva además gastos en flete corto y paritaria. Es por ello que los costos comerciales ascienden al 45% de los costos directos en la región oeste y 33% en la región núcleo en el caso del cultivo tardío, mientras que disminuyen a 31% y 24% para maíz temprano respectivamente para cada zona.
Precios
En lo que respecta a cotizaciones, hay una clara diferencia a favor de los cultivos tempranos. Los precios del maíz muestran altos valores desde noviembre hasta mayo, para comenzar a descender en junio y hasta septiembre. Desde el punto de vista internacional, Argentina es el primer país que comienza su cosecha en marzo/abril y la comercializa en el exterior. Es decir, que la demanda se concentra inicialmente en nuestro país. Brasil, cosecha antes sus cultivos de primera, pero los mismos suelen consumirse internamente. Por otro lado, los cultivos de safrinha (de segunda), que en los últimos años han ganado terreno, comienzan a aparecer en el mercado en julio, junto con la cosecha de los maíces tardíos en Argentina. Posteriormente se comienza a cosechar en Estados Unidos a partir de septiembre y hasta noviembre. En resumen, el maíz temprano argentino es el primero que se cosecha y aparece al mercado en el año, para luego a partir de julio los tardíos, junto a varios países más.
Al analizar el comportamiento histórico de los últimos 5 años, además de la evidente baja a partir de junio, la diferencia es en torno a los 15/20 u$s/t. entre mayo y septiembre. Situación similar se vivió la actual campaña 2016/17, con una diferencia a la fecha de 20 u$s/t. entre venderlo en abril/mayo a 150/155 u$s/t. y en agosto a 135 u$s/t.
La pregunta que surge de este análisis es, ¿cómo se puede cubrir esta diferencia de precios?
La evolución de la diferencia entre la cotización abril y julio, hasta la cosecha de los cultivos de primera (vencimiento posición abril), en general es de unos dólares a favor del temprano, que varía entre 5 y 1 u$s/t., al menos hasta fines de marzo. A partir de abril, esa diferencia se cae aún más en detrimento de los cultivos tardíos, y es ahí cuando ya es tarde.
Para realizar una cobertura sobre el maíz tardío, por un lado, se podría vender anticipadamente captando precio. Por ejemplo, la posición futura en el mercado a término ronda los 143 u$s/t. para julio, mientras que abril 150 u$s/t. Por otro lado, si no se desea cerrar precio, pero cerrar una diferencia, se tendría que comprar la posición abril en el Matba (mercado a futuro) y a su vez vender la posición julio. En este caso, se estaría cerrando una diferencia de -7 u$s/t., que como se observa en el gráfico es muy alta respecto de las últimas campañas.
Llegado el momento del vencimiento de la posición abril, se desarma dicha operación y se vende forward. Así, se mantiene la diferencia de -7 u$s/t. y se capta precio.
Otra herramienta que permite evitar la caída estacional local en junio, es el "Basis" con el mercado de Chicago. La misma se realiza fijando una diferencia de precios entre el mercado de Chicago (CBOT) y el MATba.
Si bien estas herramientas parecen difíciles de realizar, cada vez más los productores se animan a ejecutarlas. Las empresas exportadoras, acopios y corredores las suelen realizar con frecuencia; es solo cuestión de asesorarse y averiguar cuándo y cómo se realizan.
Más allá del análisis económico, es sabido que otros factores como lo financiero, altura de napas, condiciones especiales de comercialización, potencialidad de rindes de los diferentes lotes, zonas de producción, etc., condicionarán la decisión en cuanto a la fecha de siembra. Cada empresa tendrá que analizar con qué destino comercial realiza el cultivo, para determinar la conveniencia de uno u otro.
Esteban Garat y Diego Pasi, técnicos de Globaltecnos
(Más información en Chacra de Septiembre 2017)