Nunca olvide estos pasos
La limpieza del equipo entre lote y lote y el análisis del predio tras la trilla de la oleaginosa es fundamental para empezar a darle pelea a las malezas, especialmente aquellas que son un problema
La tarea de recolectar la oleaginosa ha ido sumando otras obligaciones más allá de las habituales, como minimizar pérdidas y evitar dañar el grano. Interesa además realizar una correcta lectura del monitor y aprender a interpretar lo que nos está revelando respecto de la situación en cada rincón del lote.
Pero quizás el agregado más importante pasa por el control de malezas y la invalorable oportunidad de adelantarse a lo que viene. Ganarles de mano y complicarles la existencia. Y el primer paso en esta batalla obliga a tomar todos los recaudos para evitar que sea la propia cosechadora la que se ponga del lado de estos enemigos del rinde.
Cumplido esto, la idea es leer convenientemente el escenario y manejar las malezas antes de que ellas tomen la conducción de su campo y decidan su destino: una gestión proactiva en este sentido aumentará los rindes y reducirá las chances de encontrarse con fenómenos de resistencia.
Es por acá
Al limpiar la máquina antes de ingresar al lote prevenimos que se instalen nuevas especies que nos complicarán en un futuro. Por otro lado, si tenemos manchones de malezas problema, es conveniente no cosecharlos para evitar su dispersión a otras partes del lote y a los que se trillarán a continuación. Eso reducirá el volumen de semilla potencialmente redistribuible en el resto del campo. Asimismo deje para el final los lotes y campos más enmalezados.