Economia

"Estamos obligados a cambiar"

Claudio Zuchovicky habla de la obstinación de Javier Milei por una macro ordenada y la sensación de estar frente a la última chance. Heredó un gasto público desbordado y una pobreza nunca vista.

Revista Chacra
24 de Junio de 2024

En muchos aspectos de la vida, lo incierto es peor que lo malo. A lo malo nos adaptamos, lo incierto nos paraliza. Y el presente no tiene nada de incierto

Paralelamente cuesta detectar quién es el jefe de la oposición. Unos desean ver tierra arrasada, y además consideran que tienen un derecho adquirido y no lo quieren perder. Equivale a abordar un avión y aspirar a que se desplome para castigar al piloto. En general no muestran aspiraciones políticas para 2027. Pero otros sí las tienen; quieren y pueden llegar a ganar. ¿Les conviene que Milei se caiga ahora o que haga el ajuste duro y quién gane en 2027 reciba la casa mucho más ordenada?

Es cierto, Milei tiene sus particularidades, y Zuchovcki las describe con precisión. "Es un macroeconomista, no va a ceder nunca su idea de déficit fiscal cero, es su religión, está convencido de que la inflación es un fenómeno fiscal y monetario, ligado a la emisión. ¿Le importa la microeconomía? Me temo que no. Piensa que se debe resolver entre privados, que no tiene por qué meterse en ese tema. Es la contracara de administraciones que destruyen la macro y subsidian la micro. Vamos a tener que pensar en esto, porque la macro van a arreglarla".

Por ende, si estamos convencidos de que los cambios van a llegar, necesitamos estar preparados para lo que viene. Y lo que viene es selectividad, depende de la aptitud de cada uno.

El contexto

No debería sorprender que por estos días los extranjeros queriendo invertir en nuestro país superen a los argentinos que pretenden hacer lo mismo. Para bien o para mal, Milei ha sacudido todos los mercados.

Y en el mundo hay cambios de fondo. La tasa en EE.UU. llegó a coquetear con el 6%. Un individuo con un millón de dólares depositados en este país se llevaba 60000 por año, y vivía bien entre nosotros. Pero la inflación en el Primer Mundo empieza a quedar atrás y las tasas ahora se ubican algo por encima del 3%. Ese argentino con dinero fuera del país ahora recibe USD 30 mil al año; en un contexto de inflación en dólares el asunto ya no es tan holgado y se le hace más difícil vivir de rentas.

Por lo demás, el costo de oportunidad del dinero ha bajado, y es una buena noticia para los países emergentes. Y mejora además nuestra balanza comercial. Puede decirse que muchas cosas que jugaban en contra de la Argentina los últimos años ahora van a soplar a favor.

La macro, hoy

El déficit fiscal se logró básicamente por licuación de algunos gastos -las disculpas del caso y el agradecimiento a los jubilados-, además de cobrar retenciones e Impuesto País sobre un dólar de $850-890 y no sobre uno de $350, mientras los gastos del gobierno quedaron quietos o directamente el Ejecutivo no giró cierto dinero que antes estaba forzado a hacer.

Se supone que al no tener déficit no hay necesidad de emitir, y entonces cambia el escenario de los bancos. Tomaban la casi totalidad del dinero que recibían (money market, billetera virtual, plazo fijo, etc.), giraban sobre sus talones y lo colocaban en el Banco Central vía Leliqs, con una jugosa rentabilidad sin esfuerzo ni una gran estructura. "Estas letras se licuaron, con plazos fijos corriendo al 10% mensual y la inflación volando al 20%, y eso explica parte del superávit. Por lo demás, el gobierno roleó para 2025 todos los bonos que vencían este año en pesos. Créanme, los bancos van a empezar a llamar a los productores todos los días ofreciendo préstamos. Empieza a aparecer el crédito y eso puede dinamizar al sector privado. El Estado no se va a meter, ni para bien ni para mal".

Mientras tanto el Central recompone reservas, que ya son apenas positivas. Alejamos la palabra hiperinflación y debatimos sobre el tamaño de la recesión. ¿Y el dólar? "Si analizamos el escenario, la oferta supera a la demanda de billetes estadounidenses. Se dieron ventas de dólar oficial; la gente tiene que desprenderse de la divisa para pagar la prepaga o los servicios. Ahora solo se trae del exterior lo que se necesita, y ya no se espera un nuevo dólar soja o que en cualquier momento el gobierno devalúe para achicar una brecha que se va de las manos".

Otra etapa

Cuidado, a partir de ahora si la inflación sigue cediendo ya no se podrá licuar más, necesitamos la transformación de fondo, es decir, la Ley Bases. Importa la forma en que se la ponga en práctica, de lo contrario se resigna seguridad jurídica hacia adelante. "Las desregulaciones son vitales. También que exista obra pública pero financiada por privados; la intermediación en diversos ámbitos nos ha arruinado. Tenemos el mayor gasto público de la historia con una pobreza nunca antes vista; el asistencialismo fracasó".

El país precisa reformas en lo laboral y fiscal, como hicieron todas las naciones que se modernizaron, con no más de cuatro impuestos. "Ingresos brutos es el peor gravamen que tiene la Argentina, pero es coparticipable. La ley de coparticipación es otra discusión que debemos dar; hay que pensar en algo diferente. Es el debate que viene. Madura aquel que discute temas nuevos y eso es lo que está pasando en la Argentina", advierte el economista.

Desde el rodrigazo que el país va de un extremo a otro con el dólar. El 50% de los argentinos tienen menos de 40 años y no ha conocido otra cosa que vivir con inflación. Hartos, muchos de ellos están empujando el cambio. "Registrado en blanco existen USD 367 mil millones en poder de connacionales. Todas las empresas argentinas valen USD 70 mil millones. Imaginemos que puede pasar si el argentino empieza a confiar en su país".

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