A pesar de los desafíos, la agroindustria ha mantenido su relevancia en la economía. En 2023, el sector agroindustrial generó más de 3.6 millones de puestos de trabajo, representando el 19% del empleo privado en el país, con un fuerte impacto en el comercio exterior y la producción interna. El 57% de las exportaciones de bienes provinieron de este sector, destacándose como uno de los mayores generadores de dólares genuinos para el país.
Mirando hacia 2024, el panorama parece alentador, especialmente en el procesamiento de oleaginosas. Después de haber sufrido un golpe en la capacidad de molienda de soja en 2023, que alcanzó un nivel histórico de subutilización del 54% debido a la sequía, se espera un crecimiento del 37% en el procesamiento de oleaginosas para finales de 2024. Este repunte incluye un aumento del 44% en el crush de soja, que alcanzaría las 39 millones de toneladas, aunque el procesamiento de girasol cerraría el año un 12% por debajo de 2023.
Este crecimiento proyectado es un reflejo de la resiliencia del sector, que sigue siendo un actor clave en el sostenimiento económico del país, aun en escenarios difíciles. En 2024, las importaciones de soja también seguirán jugando un papel importante para reducir la capacidad ociosa de la industria aceitera, que podría cerrar el año con una capacidad ociosa del 36%, muy por debajo del récord alcanzado en 2023.
El sector agroindustrial, más allá de su volatilidad y los desafíos climáticos, sigue demostrando su capacidad para generar empleo, dólares genuinos y sostener el equilibrio fiscal. Las proyecciones para 2024, con un marcado crecimiento en el procesamiento de oleaginosas, reafirman la importancia estratégica de este sector para la recuperación económica de Argentina.