El diesel renovable pierde impulso

Se lo considera el biocombustible que va a dominar la escena los próximos años. En Estados Unidos hay inversiones planteadas que preocupan a nuestro cluster aceitero. Pero la apuesta encuentra ahora dificultades impensadas poco tiempo antes.

El mundo es cambiante e imprevisible, los mercados mucho más. Nada puede considerarse estrictamente seguro, no hay negocios fáciles ni ganancias eternas. Parece de Perogrullo, pero muchas veces lo olvidamos.

Uno de los últimos hallazgos en materia de generación de dólares en grandes cantidades ha sido el diésel renovable, especialmente en Estados Unidos. Este biocombustible atrajo inversores como ninguna otra cosa en muchos años. Se elabora mediante la refinación de grasas o aceites vegetales en un proceso de hidrotratamiento. Conocido popularmente como diésel verde, tiene la ventaja de que no necesariamente debe mezclarse con los combustibles tradicionales. Es químicamente equivalente al carburante a base de petróleo y ha sido anunciado como la mejor solución para reducir las emisiones de carbono y a la vez mover máquinas y vehículos.

Las virtudes de este biocombustible obraron como un imán para los inversores en el país del norte, al tiempo que las proyecciones de su crecimiento potencial trepaban al cielo. Muchas grandes empresas han puesto en marcha plantas para su elaboración en distintos puntos de Estados Unidos, y otras tantas tienen planes para avanzar en el tema a corto plazo. Se han invertido miles de millones de dólares en la molienda de semillas oleaginosas.

Uno de los cultivos que deberían volar de la mano de estas perspectivas es la soja. El tema tiene muy preocupado al cluster aceitero argentino, porque se supone que un fuerte crecimiento en la generación de aceite de soja para producir diésel verde derivará en una superoferta de harina de soja que puede dañar seriamente los precios e incluso desplazar a nuestro país como líder del mercado exportador del derivado.

El punto es que hasta acá el valor de la oleaginosa en el país del norte no ha explotado de acuerdo con lo que sugeriría esta demanda potencial. A decir de un trader, no veremos nada parecido a una gran suba en el precio del poroto hasta que el mercado compruebe con sus propios ojos que la demanda se ha disparado a raíz del diésel verde. Parece que tanta precaución estaba justificada. Ahora se dice que el 30% de las toneladas diarios adicionales de capacidad de procesamiento de soja prevista para 2026 no estarían operativos en esa fecha.

Para algunos medios del país del norte la fiebre del diésel renovable en Estados Unidos está perdiendo fuerza a medida que los altos costos erosionan las ganancias. Alguna de las inversiones planificadas pasarían a mejor vida o bien se demorarían considerablemente como consecuencia de esta realidad no imaginada poco tiempo antes.

Bloomberg da cuenta de que Cargill ha suspendido sus planes para construir una planta gigante de procesamiento de soja que habría proporcionado materia prima a la industria del diésel renovable, aduciendo "cambios en la dinámica del mercado". Se esperaba que esta instalación fuera la más grande en estar en línea para 2026.

Por su parte Exxon canceló un acuerdo para comprar el combustible verde de Global Clean Energy Holdings Inc., una compañía que adujo retrasos en el proyecto en parte debido a la falta de trabajadores calificados.

El aumento de los costos de los productos básicos y la mano de obra ha encarecido el precio de la construcción de instalaciones, al tiempo que los mandatos gubernamentales propuestos para mezclar biocombustibles con diésel y gasolina no cumplieron con las expectativas de la industria. Se esperaba un incremento de siete veces en la producción estadounidense de diésel verde para 2025 desde los niveles de 2020. Ahora está en duda. El procesamiento de soja para hacer el aceite utilizado en el diésel renovable se ha vuelto menos rentable.

Los especialistas destacan que la construcción de una planta de procesamiento de soja y una refinería de aceite comestible ahora cuesta entre un 20% y un 25% más que hace dos años. Desde la poderosa Archer-Daniels-Midland Co. un alto directivo avisa que la expansión del diésel renovable será accidentada y confirma que no todas las plantas anunciadas "llegarán el año en que estaban previstas".

Para empeorar las cosas, los mandatos propuestos por el gobierno de EE. UU. en diciembre pasado quedaron muy por debajo de las expectativas del sector. Alrededor de 75 grupos de la industria, la Asociación Estadounidense de la Soja (ASA) y 22 asociaciones estatales ligadas a la oleaginosa, entre otros, le han pedido al presidente Joe Biden que aumente los volúmenes del estándar de combustible renovable para el diésel a base de biomasa y los biocombustibles avanzados, antes de la publicación esperada de los volúmenes finales del Estándar de Combustibles Renovables (RFS) esta semana.

Desde Clean Fuels Alliance America dicen que los valores de la soja podrían caer hasta un 13% si las reglas no se modifican significativamente. Según aseguran los peticionantes, "los volúmenes de RFS propuestos simplemente no brindan suficiente espacio de mercado para los biocombustibles que se producen. Esto amenaza la capacidad para sumar nuevos sectores y descarbonizarlos a corto plazo, como la marina y la aviación, y socava severamente el rápido crecimiento de la producción doméstica de biodiesel y diesel renovable".

Los datos de la propia Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos muestran que en los primeros cuatro meses del año la producción nacional de biodiésel y diésel ha sido un 30 % más alta en comparación con el mismo período de 2022. Pero además, empresas en 10 estados diferentes del corazón sojero del país han invertido más de USD 5 mil millones para expandir o construir 20 instalaciones de procesamiento de semillas oleaginosas durante los próximos tres años. ¿Lo concretarán?

El economista jefe de ASA, Scott Gerlt, coincide en que todo esto podría tener impacto en la expansión de la molienda de soja, y cree que las plantas anunciadas más recientemente podrían ser más vulnerables que otras.

El diesel verde tiene un gran futuro por delante, pero no tan rápido y tan sencillo como se imaginaba. Los mercados cambian, los negocios también. Habrá que andar con pies de plomo de acá en más.