El déficit comercial con Brasil crece y es el más alto de los últimos cuatro años
El flujo comercial entre ambos países alcanzó los US$ 2.420 millones en julio y creció a un ritmo bastante menor a los últimos dos meses.
El déficit comercial con Brasil se profundizó en julio y es el más alto de los últimos cuatro años, según un informe privado.
El desequilibrio llegó a US$ 370 millones para la Argentina, el mayor rojo comercial desde junio de 2018.
A su vez, significó un importante deterioro en relación con los resultados del primer semestre de este año (US$ 225 millones promedio).
El flujo comercial entre Brasil y Argentina alcanzó los US$ 2.420 millones en julio y creció a un ritmo bastante menor a los últimos dos meses (26,2% i.a. vs. 43,7% i.a. en promedio), informó la consultora ABECEB.
Este resultado fue producto de importaciones que volvieron a crecer por encima de las exportaciones (39,1% i.a. vs. 12,1% i.a.), algo que se evidenció en todos los meses del año con excepción de mayo.
Las importaciones desde Brasil alcanzaron los USD 1.395 millones en julio y estuvieron en línea con el promedio de los últimos cuatro meses (USD 1.381 millones).
Entre los productos de mayor participación se destaca el desempeño del sector automotriz: la compra de "Vehículos de pasajeros" creció 115,5% i.a., mientras que la de "Partes y accesorios para vehículos automotores" lo hizo en un 58,2% i.a. (entre ambos ítems explicaron el 21,7% de las importaciones totales).
Por su parte, la importación de "Combustibles de petróleo o minerales bituminosos (excepto petróleos crudos)" volvió a mostrar un importante incremento en su comparación interanual, explicado
por la mayor necesidad de importar energía durante el invierno, así como por el notable aumento de precios en relación con el año pasado.
En números: las compras de este ítem pasaron de US$ 2,8 millones en julio de 2021 a UD$ 58,5 millones en julio de 2022.
La importación de "Papel y cartón" y "Mineral de hierro y sus concentrados" aumentó 30,3% i.a. y 6% i.a. -respectivamente-, matizando en parte el importante incremento de los tres rubros mencionados con anterioridad.
Por otro lado, el resto de los productos importados -67,1% del total- crecieron un 25,4% i.a. en promedio.
Déficit comercial con Brasil: mayores importaciones
Las exportaciones a Brasil alcanzaron los USD 1.025 millones, lo que representó el valor más bajo desde marzo de 2022, y una importante caída en relación con el promedio de los últimos dos meses (US$ 1.284 millones; -20,2%).
En el desagregado, todos los productos de mayor participación en el total crecieron por encima de la media, salvo "Vehículos a motor para el transporte de mercancías y usos especiales" que se contrajo 26,9% i.a.
Entre aquellos que subieron se destaca el comportamiento de "Trigo y centeno, sin moler" que creció 67,5% i.a., seguido por "Vehículos de pasajeros" (+34,9% i.a.), "Motores de pistones y sus partes" (+30,7% i.a.), y "Partes y accesorios para vehículos automotores" (+27,2% i.a.).
Los cinco productos de exportación mencionados anteriormente representaron poco más del 55% de las ventas a Brasil, por lo que le 45% restante creció a un ritmo anual de 8,5% i.a. promedio.
De esta manera, el déficit comercial bilateral acumulado hasta julio fue de USD 1.719 millones, lo que significó un notable deterioro en relación con el saldo del mismo período del año pasado (-USD 484 millones).
Ese saldo fue consecuencia de importaciones que aumentaron el doble que las exportaciones (34,2% i.a. vs. 16,8% i.a.) en lo que va del año.
Hacia adelante esperamos una profundización del déficit comercial bilateral -que cerraría el año en torno a los USD 3.000 millones-, dado que las importaciones continuarán creciendo por encima de las exportaciones.
Según ABECEB, el "déficit proyectado sería aún mayor de no ser por las crecientes restricciones a las importaciones".
Si bien el BCRA mejoró en julio el acceso al MULC para el pago de importaciones automotrices, no se descartan mayores trabas ante la dificultad que está teniendo la autoridad monetaria para acumular reservas.
Por José Calero