Apueste por la plena ocupación
Doble cultivos y cultivos de servicios ambientales dominan ampliamente este planteo. Los tiempos en vacío para el suelo son inaceptables y productivamente onerosos. Los resultados avalan la postura de este productor vinculado a Aapresid.
Jose Luis Tedesco lleva el timón de un campo familiar ubicado en el partido de Chacabuco, provincia de Buenos Aires. El suelo es un argiudol típico, clase II w, lo cual indica que en ciertos momentos del año aparecen algunos problemas de encharcamiento. Se trata de un perfil con una gran influencia de napa, y en un escenario como éste los dobles cultivos les sacan ventaja a los cultivos simples de primera. "Nos ha pasado con una soja de primera que en el mes de febrero se registró un ascenso freático y se cortó el ciclo del cultivo; terminamos en un rinde de 35 qq/ha. Preferimos ir con un cultivo en invierno -trigo, colza o algún otro- y posteriormente sembramos un maíz o una soja, con lo cual obtenemos un mejor control de la napa en invierno. Volviendo al caso de la soja, hemos abrochado rendimientos en cultivos de segunda de 40 qq/ha. Claramente elegimos esta última opción", dice nuestro entrevistado.
Tedesco nos muestra un maíz de segunda sobre trigo de muy buen potencial, que utiliza para dejar sentada una controversia. "No es lo ideal, porque estamos haciendo gramínea sobre gramínea, pero tuvimos que salirnos del libreto. Durante diciembre del año pasado soportamos una seca que permitió cosechar el trigo sin mayores inconvenientes, con buenos rindes y alta calidad, pero nos demoró la siembra de segunda. Así, evaluamos que era más conveniente ir con un maíz que con una soja de segunda; imaginemos que terminamos de sembrarlo recién el 2 de enero".
Por cierto, las ventajas se repiten en el maíz. En este campo se han logrado individualmente lotes de 75 qq/ha, que dentro del doble cultivo se convierten en más de 90. Esto tiene que ver con los ascensos freáticos que perjudican al cultivo cuando no tiene antecesor en invierno.
Mix de raíces
En este campo y en un lote cercano que también integra la explotación familiar el planteo de doble cultivos es prácticamente permanente. "Sólo una vez tuvimos que dejarlo de lado por cuestiones económicas y de mercado, que fueron de público conocimiento. Se había puesto muy difícil la comercialización del trigo. Claramente no era buena idea embarcarse en un cultivo que después no podía venderse o implicaba una larga inmovilización de fondos", reconoce Tedesco.
Los integrantes del doble cultivo se van modificando en función de probar las mejores alternativas en cada caso. En cultivos de invierno predomina el trigo pero también han planteado colza y alpiste. "La cebada es una asignatura pendiente, en general los contratos que nos ofrecen no son tan buenos -asegura José Luis-. Y entre los cultivos de verano se alternan soja y maíz, aunque alguna vez también se sembró sorgo. Siempre buscamos que haya una compensación entre el cultivo de invierno y el de verano. En general cuando hacemos colza vamos a un maíz de segunda y cuando elegimos trigo o alpiste seguimos con una soja de segunda, para entremezclar diferentes tipos de raíces. Cada especie hace un aporte valioso a la rotación, y la próxima campaña estamos pensando en incorporar arveja amarilla. Está teniendo mercado; es una leguminosa que podemos incluir en el invierno y después iríamos a un maíz, que va a sentirse más a gusto que sobre un trigo, porque la arveja deja nitrógeno biológico residual que el cereal puede aprovechar muy bien, y que además beneficia a todo el agrosistema".
Servicios ambientales
Cuando hablamos de doble cultivos no siempre nos referimos a materiales que van a ser cosechados. Especialmente en lotes alquilados, Tedesco avanza con un planteo de cultivos de cobertura, porque es habitual toparse con un problema grave de malezas. El doble cultivo morigera muchísimo este contratiempo. Por eso en su campo el control está muy bien logrado y con dosis normales de agroquímicos, no mucho más que la aplicación de preemergentes. "Los doble cultivos son estratégicos para alcanzar este resultado, tanto los que van a cosecha como los que cumplen una función ecosistémica. Los cultivos de cobertura nos brindan servicios ambientales, desde la fijación de nitrógeno (N) hasta el material verde que ayuda a ponerles límites a las malezas difíciles. Junto con los cultivos comerciales vamos armando un agroecosistema que se convierte en un círculo virtuoso".
(Más información en revista CHACRA impresa de Julio 2017)