El consumo en tiempos de pandemia
Entramos en un nuevo periodo de restricciones a la actividad. Los precios han mejorado a USD/l 0.28. El productor necesita algo más para cerrar dignamente sus cuentas.
El consumo en tiempos de pandemia
Por M. Snyder
Entramos en un nuevo periodo de restricciones a la actividad del tambo. Los precios han mejorado a USD/l 0.28. El productor necesita algo más para cerrar dignamente sus cuentas.
La crisis del Covid-19 iniciada en China hacia finales del año 2019, y que luego se propagara por Europa a principios del 2020, puso en jaque la salud, pero también la economía global. Vimos con asombro una caída inédita del PBI en todo el mundo generada por el aislamiento social adoptado para contener el avance del virus letal. Los economistas llegaron a pensar en una reedición de la crisis global de 1930.
En la Argentina comenzamos con la cuarentena a partir del 20 de marzo de 2020, lo que involucró el cierre de comercios frenando la demanda en restaurantes, pizzerías, el canal repostero, hoteles y heladerías. A esto hubo que agregar otros aspectos negativos de la crisis como mayores plazos de pago, rotura de la cadena de pagos, ausencia de financiamiento, obligaciones impositivas por cumplir y abrupta falta de liquidez.
Del derrumbe a la esperanza
En pocos días observamos una caída nunca vista en las ventas de mozzarella, mayormente en la provincia de Buenos Aires. La leche en polvo, nuestro principal lácteo exportado, experimentó una merma en el precio internacional del 30 %, llegando en mayo a 2400 USD/t en Oceanía, y nos llenamos de preguntas sobre el futuro de la cadena láctea global y local.
Los meses entre abril y julio de 2020 fueron estresantes, pero lentamente se comenzó a vislumbrar una salida. Los mercados internacionales reaccionaron y nuestra primavera, donde producimos el mayor volumen de leche del año, nos encontró con precios recuperados que permitieron exportar leche como en los mejores tiempos, quitándole presión al deprimido mercado interno.
Todos los ojos miraban hacia China que, contrario a muchos pronósticos negativos, comenzó a incrementar sus compras por encima de las del año 2019 y nunca se detuvo: mantuvo el aumento del 10 % sobre 2019 y en el primer bimestre de 2021 arrancó con un plus del 30% sobre 2020.
El comercio virtual multiplicó sus negocios observando un importante incremento en su participación en los canales de ventas de las empresas de alimentos alrededor del mundo, y contra todos los vaticinios, el consumo de lácteos a nivel global fue 0,6 % superior en el año de la pandemia, por arriba de 2019. Ahora las proyecciones del USDA mencionan un crecimiento esperado del consumo del 2,1 % en 2021 (ver gráfico "Evolución del consumo mundial de lácteos").
Reinventarse
Como se indicó, en la Argentina se registró una fuerte merma del consumo de mozzarella, mayormente en Buenos Aires, y un incremento del consumo de queso fresco, leche fluida y dulce de leche. Esto obligó a algunas industrias a vender la leche a terceros y reinventarse, incorporando por ejemplo leche fluida larga vida, elaborada a fasón con alguna marca propia.
En el gráfico "Evolución del consumo de lácteos en Argentina" podemos observar cómo durante el nefasto 2020 el consumo de todos los lácteos expresados en equivalente litros de leche (considerando la leche que demanda cada producto) revirtió la caída generada por la crisis económica 2015-2019, para ubicarse en 185 l/hab/año (+1,6% sobre los 182 l de 2019).
Luz al final del túnel
Ya vamos terminando el primer cuatrimestre de 2021. Los precios al productor empezaron a crecer en pesos constantes con la expectativa de ubicarse en abril en 28 $/l, alcanzando el valor histórico de 0,28 USD/l. El productor necesita 0,30 USD/l, que con el dólar pisando los $100 equivale a 30$/l. Al momento de escribir esta nota entramos en un nuevo nivel de restricciones a la movilidad social, pero ya estamos entrenados. Los alimentos no faltarán y la población tendrá acceso a ellos.