Desinfección a vapor
Un vivero de Colonia San José utiliza con éxito un método europeo para desinfección de sustratos mediante vapor
“Mire que lo nuestro es una empresa familiar. Y chiquita, porque aquí en Colón hay viveros más grandes”, aclaró Norma Maquiavelo de Cettour, propietaria de “El Viverito”, el emprendimiento que tiene junto con su esposo Aldo hace unos 15 años en la Colonia San José (Entre Ríos). Podría verse como cualquier otro, pero tiene una particularidad: allí elaboran su propio sustrato utilizando un método europeo para desinfección de la tierra.
Como bien saben los horticultores, la tierra sana y de buena calidad es la base fundamental para el inicio de cualquier cultivo. Por ello, el primer trabajo que se hace es la elaboración del sustrato. “La desinfección de suelos y sustratos tiene como objetivo disminuir la población de patógenos y plagas que afectan al cultivo, a niveles de daños económicamente aceptables”, explicó el ing. Juan Valiente, técnico del INTA Colón, “Desde muy remoto en la historia de la agricultura, especialmente en cultivos intensivos, se han desarrollados numerosos métodos que se pueden dividir entre aquellos que utilizan productos químicos y aquellos que no lo hacen”. La ventaja de las alternativas químicas reside en que suelen tener un bajo costo relativo, pero tienen una gran desventaja: con frecuencia son tóxicos y el material tratado debe dejarse reposar un período antes de ser usado. El ing. Valiente detalló los fumigantes de suelo más corrientes, que son:
1. Cloropicrina: es un gas lacrimógeno, que en muchos países está prohibido pues es considerado arma de guerra. Es muy efectivo contra hongos e insectos, no así para nematodos. La desventaja es que se debe dejar ventilar hasta 4 semanas, según tipos de suelo y sustrato antes de ser utilizados..
2. Formaldehído: comercialmente conocido también como formalina (de poco uso).
3. Bromuro de metilo: tiene acción insecticida, funguicida, nematicida y control de semilla de malezas. Su uso está muy extendido especialmente en la producción de flores y hortalizas. Es un fumigante usado para el control de artrópodos, patógenos y malezas presente en el suelo. La eficacia del mismo, su fácil aplicación, el amplio espectro de control y el relativo bajo costo hacen que sea difícil de reemplazar. Su uso se encuentra restringido por la que en la actualidad se está en la búsqueda de alternativas para reemplazarlo. Las desventajas de mayor importancia radican en su alta toxicidad, destructor de la capa de ozono y además se debe dejar ventilar el sustrato hasta 10 días antes de ser utilizados.
4. Metan sodio (VAPAM): tiene acción insecticida, funguicida y nematicida.
5. Dazomet: similar al metan sodio.
También hay productos químicos que actúan como funguicidas de suelo, tales como Benomilo, Clorotalonil, Etridiazol, Fosetil Aluminio, Furalaxyl, Propamocarb, etc. “El uso de estos productos está relacionados con el control de determinados hongos patógenos, es decir poseen gran especificidad”, agregó el técnico del INTA.
Hay también un amplio espectro de alternativas para quienes prefieren utilizar métodos no químicos. Al consultarle sobre este aspecto, Valiente enumeró: “la solarización; donde se usa el calor del solar bajo un film plástico para desinfectar; la biofumigación, que consiste en el uso de gases producto de la biodegradación de la materia orgánica; el uso de sustrato sin suelo, es decir, con perlita, lana de roca volcánica, vermiculita etc; control biológico; prácticas culturales y el uso del vapor”.
“Nosotros aplicamos el método de vaporización ante el anuncio de la prohibición de utilización de productos químicos”, contó Norma desde “El Viverito”, “Y por otro lado, siempre se estuvo en la búsqueda de contribuir tanto a la salud de quienes manipulan la tierra como así también a la preservación del medio ambiente. Fue así que se decidió la instalación de una caldera para el sistema de vapor, idea tomada de experiencias en Suiza y Francia y apoyándose en instituciones como el INTA”. La inversión fue de unos $18.000, ya que constó de una caldera nueva, instalación del cubo y los caños, todo en un tinglado cerrado de 100 metros cuadrados.
El método consiste en calentar el material con vapor a 120º durante una exposición de 2 horas, utilizando la caldera alimentada a leña (muy abundante en la zona) como otra alternativa para el cuidado ambiental. “La ventaja de este sistema respecto a los tradicionales radica fundamentalmente en el menor costo, y por otro lado que el mismo no afecta ni la salud ni el medio ambiente en comparación a los que utilizan productos químicos. Además, la rapidez en la elaboración permite que el sustrato pueda utilizarse a las tres horas de tratarlo, siendo a su vez, de mayor efectividad comprobada como herbicida y preventiva de patógenos”, agregó la emprendedora.
Desde el INTA Colón, el ing. Valiente coincidió: “El vapor es la mejor alternativa frente al bromuro de metilo si es llevado a cabo apropiadamente. El costo de desinfección es similar respecto a los fumigantes, con la ventaja de que no es necesario esperar más de 30 días para su uso. Lo que implica tener un mes más de producción en el año”. El técnico también estableció las diferencias que hay entre esterilizar y desinfectar un suelo o sustrato: “En el primer caso, implica destruir todo tipo de microorganismos, tanto perjudiciales para las plantas como los benéficos. En el caso de la desinfección, implica disminuir el nivel de los microorganismos perjudiciales”. En este vivero en particular, el procedimiento se realiza una vez por semana con un volumen diario de 3 metros cúbicos por operación.
Uno de los puntos más difíciles de precisar es la temperatura en la que se produce la muerte de un organismo vivo, ya que depende de la forma en que está presente el patógeno, el tipo de calor aplicado (el calor húmedo es más efectivo que el calor seco, según explicó el ingeniero) y la duración del calor aplicado. Por ello, la recomendación que hacen desde el INTA para lograr una eficaz desinfección con vapor consiste en que una vez que penetra al sustrato debe trasladarse lo más rápido posible para lograr la temperatura de desinfección y en forma uniforme en todo el material a tratar. “Se forma una franja de alrededor de 2 cm que va avanzando a medida que el sustrato llega a la temperatura del vapor y de esta manera se produce la desinfección. Cuando se logra la temperatura de 95ºC a 100ºC, se deja actuar 10 minutos, y luego hay que detener la inyección de vapor y enfriar rápidamente el sustrato”, explicó Valiente y agregó: “Es necesario comentar que hay materiales empleados como sustratos, que por su naturaleza u origen pueden ser considerados libres de patógenos, tales materiales como perlita y vermiculita que durante su proceso de elaboración han sido sometidos a altas temperaturas han sido virtualmente esterilizados”.
En “El Viverito” la mayor parte del sustrato obtenido con este método es utilizado por sus dueños para la elaboración de los plantines hortícolas, especialmente para verduras de hoja, tomates y pimientos. Una vez que se aplicó el vapor sobre el sustrato, se deja enfriar, se llenan las bandejas y se siembran las semillas. Luego estas bandejas pasan a una cámara de germinación y finalmente, al invernadero. Estos plantines ya son reconocidos por su buena calidad y por ello son demandados por productores hortícolas de la zona, sobre todo de Paraná, Crespo, San José, Concordia y otras localidades entrerrianas que se acercan a este vivero familiar a comprarlos, algunos quizás sin conocer el secreto de la elaboración de este sustrato tan especial.