Ají picante: una alternativa con potencial
A demanda de los productores, el INTA y la Universidad Nacional de Salta trabajan en el mejoramiento genético de variedades para la provisión de semillas fiscalizadas.
25/06/18 A demanda de los productores, el INTA y la Universidad Nacional de Salta trabajan en el mejoramiento genético de variedades para la provisión de semillas fiscalizadas, que garanticen la estabilidad de color y sabor del producto final tras el secado y a lo largo del tiempo.
El ecosistema natural de los Valles Templados de Salta, que también se extiende por el Valle de Sianca y algunas zonas jujeñas, hace posible la producción de ají picante para molienda. Este cultivo se integra a la actividad de las fincas locales, que lo eligen por el potencial comercial y de exportación.
"Actualmente, el cultivo de ají picante ocupa una superficie de alrededor de 600 hectáreas en la provincia y es utilizado como complemento de la producción de tabaco y por pequeños y medianos productores hortícolas", explicó Rosa Mintzer, especialista del grupo Horticultura de INTA Salta que lleva adelante los ensayos de selección de variedades.
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En la Argentina, no existen semillas de ají para molienda registradas en el Instituto Nacional de Semillas (INASE). "Este hecho, sumado al interés de los productores de Valles Calchaquíes, motivó al INTA a la búsqueda de cultivares que cumplan con los requisitos, color, sabor, pungencia y rendimiento y puedan satisfacer las necesidades planteadas", indicó Mintzer.
En línea con el interés científico, desde 2014 funciona un Jardín Introductorio de Ají Picante en la estación experimental del INTA ubicada en Cerrillos, cuyo objetivo principal es "determinar especies y/o variedades de ají para purificarlas genéticamente, multiplicar sus semillas y ponerlas a disposición de los productores", resaltó Mintzer.
Luego de cuatro años de estudio, los ensayos permitieron caracterizar el potencial de dos variedades que mostraron buena aptitud productiva y de calidad y se encuentran próximas a inscribirse como las primeras variedades oficiales del país.
Entre otros parámetros, se evaluaron la arquitectura de la planta, la cantidad de frutos por ejemplar, el contenido de grados Scoville -miden el nivel de picante- y de grados ASTA -indicadores de la coloración-. La validación de estas variedades está en proceso y es llevada a cabo en fincas de productores locales.
Los trabajos de multiplicación y selección masal son realizados por el Equipo de Horticultura en el INTA Cerrillos. Por su parte, los análisis químicos requeridos por los ensayos están a cargo de Norberto Bonini, especialista de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de Salta.