Polinizadores incansables
La utilización de estos insectos para polinizar los cultivos trae mayores renidmientos bajo cubierta
Hay un aspecto muy importante en el manejo de las producciones hortícolas que puede ser determinante a la hora de aumentar el rendimiento de las plantaciones: la polinización. La técnica más corriente es aquélla que involucra la labor de las abejas, pero en Chile se está utilizando otro insecto, quizás menos simpático, pero mucho más eficiente, que es el abejorro. El bombus terrestris, tal es su nombre científico, se introdujo hace más de 10 años en el vecino país y sus ventajas ya están siendo aprovechadas por los productores chilenos. La ing. agr. Claudia Molina, del establecimiento BioCruz S.A, nos contó que en 1999 comenzaron a producir estas colmenas y que los abejorros son criados y utilizados comercialmente para la polinización de un amplio espectro de cultivos (almendro, ciruelo, cerezo, kiwi, arándanos, paltos, manzanos, perales, tomate, pimentones, melón, semilleros, alfalfa entre otros).
“En el año 2002 en la comuna de Curacaví en la Región Metropolitana nuestra empresa BioCruz realizó un ensayo para determinar la eficiencia del uso del abejorro en cultivo del arándano variedad O´neil comparado con el uso de abejas”, relató la técnica chilena, “La densidad de colmenas utilizada fue de 7 colmenas/ha en el caso de los abejorros y de 15 colmenas/ha de abejas. Los resultados obtenidos arrojaron que el 50% de los frutos polinizados con abejorros obtuvo un calibre superior a 13 mm, con las abejas solamente el 28% de la producción supera este calibre. En relación al peso, un 24.7% de los frutos polinizados con abejorros lograron un peso superior a 1.8 gr. En el caso de los frutos polinizados por abejas este porcentaje fue sólo de 10.7%. Es importante destacar que los pesos más pequeños, inferiores a 1.1 gr, disminuyeron en un 15% aproximadamente con el uso de los abejorros. La producción total de la superficie polinizada por abejorros fue de 12,8 ton/ha, en el caso de la superficie polinizada por abejas ésta fue de 9,6 ton/ha, lo cual correspondió a un aumento productivo de un 33%”.
Abejas vs. Abejorros
Está demostrado que las abejas son los insectos polinizadores por excelencia, pero su trabajo está limitado por ciertas condiciones climáticas. Si las temperaturas son menores a 12ºC, si llueve, si hay viento o si está nublado, se reduce notablemente la actividad en las colmenas. “La utilización de abejorros permite el uso de insectos en polinización en cultivos y situaciones en las cuales la abeja no es tan eficiente, esto es, bajo plástico y en condiciones climáticas desfavorables como son los días fríos y nublados”, detalló la ing. Molina, “El abejorro no tiene problema de volar y realizar su actividad polinizadora bajo invernaderos, ya que a diferencia de la abeja no se guía por los rayos solares sino por la memoria”. Se destaca el uso de abejorros en cultivos de tomate, pimentones, pepinos y producción de semilla en crucíferas. Por otro lado, estos insectos vuelan a una temperatura entre 5 y 35 ºC, siendo la temperatura óptima para su actividad entre 15 y 25 ºC. En los días nublados también permanecen activos, incluso con llovizna suave, situación que se puede observar en cultivos como arándanos, o almendros cuya floración se inicia en el período invernal. Mientras que en los cultivos con floración primaveral y al aire libre el abejorro sí compite con la abeja como agente polinizador, la utilización del bombus terrestris ofrece algunas ventajas: la humedad no los amedrenta, ya que mantienen su visita a las flores aún bajo condiciones de lluvia moderada. Las abejas tienen una lengua corta que dificulta la tarea de obtener el néctar de las flores, mientras que los abejorros tienen una lengua larga que les permite hacer esa tarea más rápida y eficientemente. Las abejas visitan unas ocho flores por minuto en promedio, mientras que los bombus llegan a 20. Finalmente, su capacidad de adaptarse a condiciones de invernaderos permite que el abejorro también se pueda utilizar allí para realizar su labor polinizadora.
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Otra ventaja de utilizar abejorros es el hecho de que las obreras visitan la flor en el momento que ésta se encuentra en el estado adecuado para ser polinizada (estigma receptivo y óvulo viable), lo que garantiza la cuaja y crecimiento del fruto al disponer de polen viable y temperaturas apropiadas para su germinación. Por eso destacan que el abejorro no deja que la flor “se pase”.
Al tratarse de un sistema de polinización natural, la calidad del fruto es significativamente mejor en términos de apariencia (fruto homogéneo, color más intenso), más pesado y sabroso producto de la generación de semillas, lo que contribuye además a lograr calibres mayores y por consiguiente mejores precios de venta. Los abejorros son recolectores individuales y no se comunican entre sí acerca del lugar y la cantidad de alimento que encuentran, por lo que cada uno debe visitar distintas flores. Esta conducta es la que permite que los abejorros sean capaces de visitar un gran número de flores en un corto período de tiempo. Cada abejorro, aseguran, realiza la labor de 10 abejas.
Protección de las colmenas
El abejorro se caracteriza porque su cuerpo está cubierto de finas vellosidades, lo que permite al insecto transportar una mayor cantidad de polen en su cuerpo al visitar las flores en comparación a otros insectos polinizadores. Poseen además en sus patas una estructura denominada canastas en las cuales el abejorro transporta el polen en forma de masas granuladas. Solamente las hembras poseen estas estructuras, por lo que solo ellas colectan polen. Es la necesidad de estos insectos de conseguir alimento lo que los lleva a visitar las flores, por lo que naturalmente tienden a buscar aquellas flores más atractivas, ricas en polen y néctar. La organización social de la colmena es similar a la de las abejas, es así como está compuesta por una reina fundadora, obreras y estados juveniles (huevos, larvas y pupas). Hacia el final de la vida de la colmena aparecen en el nido las reinas jóvenes y los machos, los cuales se aparean durante el verano-otoño para asegurar su descendencia.
El ciclo de vida de los abejorros es relativamente corto, por lo que una colmena puede vivir entre 7 y 12 semanas. “En el caso de cultivos forzados las colmenas deben colocarse en el lugar más fresco del invernadero o nave, sobre una mesa o repisa a 0,8- 1,0 mt de altura desde el suelo”, recomendó. Y en este punto señaló los dos enemigos naturales de los que hay que proteger las colmenas: la hormigas y el sol. Para que ninguno de ellos las afecten, hay que forrar las patas de la mesa con cinta doble adhesiva o embutirlas en recipientes con aceite quemado, para evitar la subida de hormigas, que pueden causar la muerte de la colmena en pocas horas. También se recomienda colocar sobre la colmena una cubierta a modo de toldo, con el objetivo de sombrear la colmena y protegerla del sol.
En el caso de cultivos al aire libre las colmenas se deben ubicar en sectores protegidos del sol, el viento y la lluvia. Para ello lo más adecuado es distribuir las colmenas sobre las hileras de la plantación protegidas por casetas. Otra precaución que se debe tener es con la aplicación de productos químicos, ya que no todos son compatibles con el uso de estos insectos polinizadores.