Todo para pulverizar
Principales variables a considerar para realizar una pulverización eficiente: condiciones agronómicas, condiciones meteorológicas, utilización de auxiliares, calidad de agua y uso de correctores, orden de mezclado y validación de la configuración
La pulverización con fitosanitarios para la pro-tección de cultivos representa una de las labo-res más frecuentes en los lotes agrícolas du-rante un ciclo productivo. En los últimos tiem-pos, la aparición de nuevas plagas y de male-zas resistentes o tolerantes a herbicidas in-crementaron significativamente el número de aplicaciones por lote.
En la mayoría de los planteos técnicos de cultivos extensivos se realizan de tres a seis (o más) pasadas sobre los lotes para aplicar insumos. Debido a esto, la calidad con que se realiza esta práctica pue-de tener gran impacto en el resultado final, además de un efecto sobre el ambiente y las personas relacionadas a esta tarea. Se suelen dedicar muchos recursos a la defini-ción de qué productos y dosis aplicar en cada situación particular.
Sin embargo, en algunas ocasiones, se dejan de lado los criterios a tener en cuenta para definir cómo configurar cada pulverización, llegando en algunos extremos a utilizar una sola regulación para to-das las situaciones. La calidad de una aplicación depende de facto-res que son variables. Tener en cuenta estos aspectos permitirá ubicar los productos en el blanco deseado disminuyendo el perjuicio ambiental, de poblaciones aledañas, de opera-rios y de cultivos sensibles cercanos al lote aplicado. Por lo tanto, cada aplicación tendrá condiciones particulares que deberán ser teni-das en cuenta para maximizar la eficiencia y efectividad del trabajo realizado.
A continua-ción se proponen algunos aspectos relevantes para configurar pulverizaciones agrícolas. Condiciones agronómicas de la aplicación Las condiciones agronómicas hacen referencia al nivel de superposición o cobertura que ofre-ce el cultivo para alcanzar el blanco de la apli-cación. Dicha superposición está asociada a la estructura del cultivo y al nivel de desarrollo del mismo. Asimismo, el nivel de superposición puede estar relacionado con la cobertura del rastrojo o de las malezas que se interponen entre los picos de la pulverizadora y el blanco de aplicación.
Niveles de superposición altos (por ejemplo aplicaciones de fungicidas en cultivo de soja muy desarrollada) determinan que se deban lograr gotas pequeñas para llegar al estrato inferior de las plantas. Estas aplicaciones en general están asociadas a apli-caciones con pastillas “Cono hueco” o “Doble abanico plano” para lograr alta penetración en el canopeo del cultivo. Por otro lado, pulveri-zaciones con bajos o nulos niveles de cobertu-ra (por ejemplo, aplicaciones de barbecho) permiten aplicar gotas más gruesas buscando cubrir la mayor superficie del suelo.
Estas aplicaciones en general están asociadas al tipo de pastillas “Abanico plano”. Condiciones meteorológicas de la aplicación La humedad relativa, la temperatura ambiente y la velocidad del viento representan las con-diciones meteorológicas más importantes para configurar pulverizaciones. La combinación de humedad relativa por debajo de un determi-nado umbral y altas temperaturas, favorecen la evaporación del caldo de aplicación y la con-secuente pérdida de efectividad del trabajo.
A medida que estos factores se mueven a rangos más favorables (mayor humedad y menor temperaturas) las condiciones para la aplicación mejoran (tabla 1). Por su parte, en situaciones en las que la velocidad del viento se encuentre fuera de un rango óptimo puede generarse deriva de producto hacia zonas linderas con el potencial riesgo de toxicidad para otros cultivos, y de disminución del control al no alcanzar el blanco de aplicación. En el caso de velocidades de viento nulas o muy bajas, se podría estar favoreciendo la deriva al quedar suspendido el caldo asperjado, por el fenómeno de inversión térmica.
Tener en cuenta estas condiciones permitirá orientar la elección del tipo y del tamaño de picos, y ayudará a definir la necesidad de auxiliares a incorporar para mejorar la calidad de la aplicación.
Auxiliares de la pulverización
Hoy el mercado ofrece una muy amplia gama de coadyuvantes o auxiliares de la pulverización. Es importante entender que su utilización cumple la función de mejorar la condición, o incluso hacer posible la aplicación, en algunas situaciones en las que las condiciones meteorológicas no son las óptimas.
En relación a esto, el uso de antievaporantes permitirá, dentro de un determinado límite, realizar las aplicaciones cuando las condiciones de humedad y temperatura se ubiquen en rangos subóptimos para la aplicación. Para mitigar el efecto de la velocidad del viento dentro de un determinado límite, existen productos antideriva que aumentan la viscosidad y tamaño de la gota disminuyendo el riesgo de deriva.
Sin embargo, es útil saber que este cambio en las gotas asperjadas disminuye la cobertura de la aplicación por incrementar el tamaño de gota.
Calidad de agua y uso de correctores
Verificar la calidad del agua con que se realizarán las aplicaciones de fitosanitarios permitirá evitar deficiencias en los controles y prever la utilización de algún corrector, o incluso la no utilización de algunas fuentes de agua.
Los aspectos más importantes a considerar están representados por la pureza o limpieza del agua, los sólidos disueltos, la dureza y el pH o alcalinidad. La pureza o limpieza del agua hace referencia a la ausencia de materia orgánica, tierra y cualquier impureza que pueda generar algún problema de inactivación de productos y obstrucción de picos.
La utilización de filtros en las tomas de agua será fundamental para evitar la entrada de impurezas al caldo de aplicación. Sin embargo, muchas veces la presencia de impurezas a niveles no manejables limita o impide el uso de algunas fuentes. Los sólidos disueltos podrán ser determinados a partir de la conductividad eléctrica (CE) del agua. De esta manera, se puede definir el nivel total de minerales que contiene el agua.
La dureza del agua generalmente está relacionada con la concentración de iones de Calcio (Ca) y Magnesio (Mg) y se expresa como concentración en partes por millón (ppm) de equivalente en carbonato de calcio (CaCO3). La utilización de aguas duras lleva a la inactivación de algunos fitosanitarios con la consecuente pérdida de efectividad en los controles. Para prevenir estos efectos, existen secuestrantes de cationes que mejoran el desempeño en condiciones de agua duras. Por otro lado, el pH determina la acidez del agua.
Es importante considerar este factor ya que, para muchos productos utilizados, fuera del rango óptimo de pH se produce la inactivación parcial de los mismos. Tanto para la utilización de secuestrantes de cationes como para la de correctores de pH, o incluso para la utilización de formulaciones que integran más de un corrector, será fundamental utilizar las dosis recomendadas en los marbetes buscando llevar el agua a los rangos óptimos para los productos que integran la mezcla. Por lo tanto, es recomendable utilizar fitosanitarios que presenten rangos óptimos de funcionamiento similares.
Orden de mezclado
Una vez definida la composición de productos, auxiliares y correctores de agua que conformarán el caldo de aplicación, debemos incorporarlos en la mezcla del tanque de la pulverizadora. Ahora bien, es sumamente importante el orden en que se incorporen los mismos para evitar incompatibilidades. Esto dependerá de la función específica y de la formulación de cada componente de la mezcla. En primer lugar, se colocarán los correctores de agua, luego los fitosanitarios respetando un determina-do orden según formulación (tabla 3), y por último los auxiliares de la pulverización.
Validación de la configuración
Una vez reconocida la combinación de factores que van a afectar una determinada aplicación, y definida la configuración de la pulverización en función de dichos aspectos, es importante validar la misma por medio del uso de tarjetas hidrosensibles. Este paso resulta fundamental para poder asegurar que logremos ubicar los productos en el blanco sin perjuicio para el ambiente ni para cultivos vecinos sensibles.