Silvicultura en la Mesopotamia argentina
Federico Caniza, investigador del INTA de la Estación Experimental Agropecuaria de Bella Vista, Corrientes, cuenta el trabajo que hace en silvicultura clonal del Eucalyptus grandis .
En la mesopotamia se sitúa la mayor superficie de bosques cultivados de la Argentina (aproximadamente el 80%), siendo Corrientes la principal provincia forestada, con un poco más de 474 mil hectáreas y de mayor potencialidad (aproximadamente unas 2 millones de hectáreas aptas para forestar) en la región. “Las plantaciones de Eucalyptus lideran en cuanto a superficie ocupada dentro de los bosques implantados y se visualiza una clara tendencia en alza”, indicó Federico Caniza de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Bella Vista, del INTA.
De acuerdo con el investigador, “en los últimos 30 años se dieron importantes avances en mejoramiento genético y la selección de individuos superiores de Eucalyptus”. En los 90’ (desde el INTA en conjunto con el Centro de Investigación y Experimentación Forestal), se instalaron los primeros test clonales de E. grandis en Argentina (también de E. grandis x E. camaldulensis y de E. grandis x E. tereticornis).
Caniza explicó que en los últimos años el INTA ha incorporado en el su programa de mejoramiento genético algunos caracteres asociados a la calidad de la madera, y al desarrollo de nuevos híbridos. “No es casual que en la última década plantaciones clonales de Eucalyptus empezaron a ser más frecuentes en toda la Mesopotamia”.
En la actualidad, el productor mesopotámico dispone con un importante conjunto de clones puros e híbridos de diferentes especies de Eucalyptus desarrollados por el INTA y empresas líderes del sector. “Estos clones están adaptados a las diferentes condiciones edafo-climaticas, lo cual permiten desarrollar proyectos forestales específicos, inclusive en sitios que históricamente fueron clasificados como ´marginales o no aptas para el Eucalyptus´, mediante usos de híbridos (Ej.: E. grandis x E. camandulensis o E. grandis x E. tereticornis)”, comentó el investigador.
Si bien el costo de la planta clonal es mayor al material seminal, las ventajas cuantitativas obtenidas en plantaciones de alta homogeneidad, rectitud de fuste, más productivas, con productos de caracteres tecnológicos de madera conocidos y con resistencias a ciertos factores abióticos, definen esta creciente tendencia (aumento de superficies de bosques clonales de E. grandis).
Tomando como marco la silvicultura sitio-especifica independientemente del objetivo de producción, “la asignación de recursos al proyecto forestal debe ser planificada a nivel predial”. La selección y distribución de tipos de suelos en unidades de manejos (rodales) que no superen las 10 hectáreas cada una, conlleva a seleccionar la/s especie/s y el/los material/les genético/s adecuado/s (considerando una selección de entre 5 y 10 clones dependiendo de la envergadura del proyecto).
“La definición de la densidad inicial de plantación por parte del silvicultor es una de las decisiones más importantes”, afirmó Caniza, ya que está relacionada con el destino de la madera producida, definirá las operaciones a posteriori y las respuestas diferenciales en crecimiento, tipos de productos y calidad de madera que pueden presentar los individuos (clones).
En la actualidad, se encuentran plantaciones clonales de E. grandis con densidades iniciales que oscilan entre 600 a 1000 plantas por hectárea, esto es una constante en casi toda la mesopotamia, y esta “baja” densidad de plantación obedece a la homogeneidad que le confiere la plantación de un único individuo (clon). Sin embargo, se empieza a visualizar una tendencia a optar por espaciamientos más amplios aún en proyectos forestales puros (es decir, que no contemplan la producción consociadas como la agroforestal o la silvopastoril), que permitirían la mecanización de las operaciones intermedias (raleos).
En el E. grandis la competencia por los recursos se inician con el “cierre de copas” dependiendo de la calidad del sitio antes de los 2 años o hasta 4 ó 5 años. Esta puede ser manejada mediante intervenciones de raleo.
En términos de producción, en promedio, a los 8 años de edad, en un sitio de alta productividad como son las tierras coloradas del noreste de Corrientes, con materiales clonales (con densidad inicial de plantación de entre 625 y 833 plantas por hectárea), es de esperar de 360 a 400 m3 ha-1; 280 a 320 m3 ha-1 y 260 a 280 m3 ha-1 para intensidades de raleo que dejan (a la edad de 2 años) una densidad residual de 500 árb.ha-1, 350 árb.ha-1 250 árb.ha-1, respectivamente.
La aplicación incorrecta de los tratamientos intermedios (podas y raleo) puede llevar a que las “ganancias en crecimiento” logradas por la selección de un material genético superior (crecimiento + forma + propiedades de la madera), pueden ocasionar en algunos materiales genéticos un incremento de las rajaduras en las caras de los rollos a causa de las mayores tensiones de crecimiento. “Aspecto que viene siendo analizado por la EEA Bella Vista entre el área de mejoramiento genético y silvicultura”, explicó Caniza.
En síntesis, la implementación de una silvicultura clonal implica planificar estratégicamente la forestación para poder maximizar las características superlativas de cada genotipo. Esto implica, establecer la plantación (el genotipo), en el sitio (tipo de suelo) y con las técnicas de establecimiento (laboreo, fertilización, control de malezas), que permita lograr una exitosa implantación.