Granos brotados en el campo: situación crítica en soja, maíz y sorgo
Un informe del INTA Paraná describe las bases fisiológicas subyacentes de la problemática de “envejecimiento a campo” en condiciones ambientales extremas.
Las lluvias y el mal tiempo reinante configuran un “alerta roja” para la cosecha de cultivos de verano en Argentina, ya que en muchos lotes de producción se observan granos de soja, maíz y sorgo “brotados”, es decir germinados.
Las lluvias persistentes desde el 1 al 14 de abril de 2016 en la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Paraná alcanzaron un valor total de 203 mm según el Observatorio Agrometeorológico de la EEA. Una variedad del GM V Largo donde se instalaron los ensayos para el estudio de enfermedades, sembrada el 07 de diciembre de 2015 alcanzó el estado R6 (completo llenado de granos) el 14 de marzo y el estado R7 (madurez fisiológica) el 01 de abril. Normalmente, en diez días más, hubiera llegado a R8, es decir a madurez comercial, disminuyendo de 55 a 14% el contenido de humedad.
En la campaña bajo análisis las condiciones de exceso de humedad condujeron a la germinación o “brotado” de las semillas con el cultivo “en pie” o “almacenado” a campo. Las parcelas sin aplicación de fungicidas se observan muy diferentes a las tratadas, de un color oscuro generalizado que contrasta en forma marcada con las parcelas tratadas de un color marrón claro. Externamente las vainas de parcelas sin fungicidas se ven “negras” con manchas oscuras de diversas formas y tamaños, mientras que las extraídas de parcelas tratadas con fungicidas se ven claras o “limpias”, pero bajo lupa se destaca también la presencia de patógenos.
Sobre los tejidos de las vainas oscuras casi negras se registraron en orden de importancia, principalmente los hongos patógenos Cercospora, Colletotrichum y Phomopsis. En las vainas procedentes de parcelas tratadas con fungicidas de color marrón claro, predominaron los géneros Colletotrichum y en menor medida, Phomopsis, pero no se observa Cercospora spp..
Otros hongos observados externamente con patógenos débiles o saprófitos fueron Stemphyllium, Alternaria, Ulocladium, Cladosporium y Periconia. Aquellas semillas que pudieron ser cosechadas previamente a las lluvias de mediados de febrero se caracterizaron por una buena calidad aunque en algunos casos con altas infecciones, con el hongo Cercospora kikuchii.
Los granos de vainas procedentes de parcelas con fungicidas en general poseen un mejor aspecto, pero igualmente están afectados. Poseen un deterioro del tegumento (rajaduras), sin embargo los granos de parcelas no tratadas se caracterizan por un daño mayor y presentan tanto micelio como fructificaciones de diversos hongos. Es decir que la cantidad de lluvia ocurrida fue tan elevada que a pesar de estar tratadas de igual forma se observa la menor calidad y la presencia de patógenos y saprófitos. En algunos casos se observan claramente los daños por chinches.
Holshouser (2015) menciona que uno de los problemas al final de la estación de crecimiento y desarrollo del cultivo de soja puede ser la apertura de las vainas y/o la germinación de las semillas en planta. Esta anormalidad es común cuando las vainas y semillas comienzan su desarrollo entre R4 y R6 con condiciones secas y completa el llenado de granos con alta humedad. La germinación de la semilla ocurre por condiciones extremas de humedad después que el cultivo alcanzó la madurez de cosecha y la cantidad de agua de la semilla se redujo por debajo del 50%.
Algunas de las causas de la apertura de las vainas no están claras, pero cuando se desarrollan bajo condiciones extremas de déficit hídrico son generalmente más pequeñas. Si llueve demasiado entre R6 y R7, la semilla crece mucho y tiende a salir de la vaina provocando la separación de los carpelos y disminuye la calidad de las semillas. Sin embargo, la germinación no siempre está directamente relacionada con la apertura (dehiscencia) de las vainas, y éstas se abren después de la germinación de las semillas. Si bien no es muy contundente, se observaron más semillas germinadas cuando las vainas poseían mucho tizón por Cercospora (vainas oscuras).
Las observaciones del autor indican que la germinación ocurre primero en la parte superior de las plantas donde hay más vainas oscuras casi negras y por el contrario cuando no hay vainas “atizonadas” por Cercospora spp., la germinación es mayor en la parte inferior de las plantas, donde la humedad relativa es superior. En condiciones de lluvias menos abundantes estas anormalidades son leves y el efecto sobre el rendimiento y la calidad de las semillas son mínimos.
Después de una semana sin lluvias, condiciones secas y alta heliofanía, las semillas germinadas también se secan, pueden desprenderse y caer desde las vainas. En casos severos puede ocurrir un menor peso de granos y los “brotes” secos pueden considerarse cuerpos extraños y el lote ser rechazado. La regulación especial de la maquinaria para estos casos puede mejorar la calidad de la cosecha.
A su vez, el servicio de Manejo de Plagas (MIP) de la Universidad de Missouri (http://ipm.missouri.edu) comenta que los requisitos primarios para que la semilla germine son temperaturas por encima de 10°C y humedad superior a 50%; antes de la madurez de cosecha (R8) nunca germinaría.
La soja al igual que otros cultivos posee diversos mecanismos fisiológicos que evitan la germinación antes de la madurez de cosecha. Las semillas de soja en desarrollo producen diversas hormonas como el ácido absícico que previenen la germinación de semillas inmaduras y cuando madura, cambia la concentración de la misma para favorecer la germinación (Wiebold, 2014).
Conocer las bases fisiológicas subyacentes de la problemática de “envejecimiento a campo” de los granos de soja, en pre-cosecha, así como los beneficios de una sanidad adecuada en esta etapa del ciclo del cultivo, si bien no solucionan el perjuicio de condiciones ambientales extremas, permiten pensar en manejos preventivos adecuados con vistas a las próximas campañas.