La grieta de rindes, de norte a sur, y cómo achicarla
Un panel de asesores permitió poner en blanco sobre negro las estrategias más recomendables para controlar factores depresores.
La idea era analizar estrategias productivas para la oleaginosa en distintas zonas del país que lleven a potenciar los rindes, y el objetivo se vio ampliamente satisfecho. Gustavo Duarte, asesor CREA del Oeste Arenoso, abrió la serie de disertaciones. "El objetivo es reducir las brechas de rendimiento en soja -avisó de entrada el profesional-. Estamos hablando de una diferencia de entre 1 y 2 tn; es el desafío que tenemos por delante. El primer paso es plantearse cuál es el nivel de rindes que queremos alcanzar. Debemos partir de una genética actualizada y adecuada al ambiente en el que trabajamos, y luego juega la oferta ambiental en el período crítico, durante el cual entra a tallar la tarea agronómica de reducir costos en términos de kilos por hectárea. Interesa conocer cuáles son las limitantes que plantea nuestro ambiente y las chances que tenemos de acotar situaciones de estrés".José Luis Zorzín moderó el panel de asesores. Junto a él Esteban Bilbao y Gustavo Duarte escuchan la disertación de Luis Robles Terán.José Luis Zorzín moderó el panel de asesores. Junto a él Esteban Bilbao y Gustavo Duarte escuchan la disertación de Luis Robles Terán.
Desde luego es indispensable entender cómo se construye el rinde en el caso de la oleaginosa. El rendimiento potencial tiene que ver con la radiación, la temperatura y la concentración de CO2, entre otros factores, y varía campaña tras campaña. Por su parte, el rendimiento alcanzable introduce además el impacto de factores como el agua y los nutrientes, así como elementos depresores como plagas y enfermedades. "Y en zonas con napa cerca de la superficie ésta pasa a ser un factor a considerar cuando se pondera la oferta ambiental. Desde luego es perjudicial en zonas con excesos hídricos; llevará mucho tiempo recuperar los lotes inundados que tenemos actualmente el oeste", reconoce Duarte.
La calidad de sitio (sobre todo en cuanto a oferta de agua) es todo un desafío agronómico y es lo que genera las mayores variaciones. Resulta clave manejar la heterogeneidad de los ambientes. Luego sigue la fecha de siembra. Es un factor poderoso que nos penaliza con 20-25 kg menos por cada día de atraso a partir del 10 de octubre en ambientes de alto potencial. Por su parte, el antecesor determina respuestas en torno de los 400 kg en el caso del cultivo que es precedido por maíz. Cuestiones como densidad y distancia entre hileras son mucho menos importantes.
"Nos preguntamos: ¿podemos lograr 7.000- 8.000 kg en soja? ¿Necesitaremos fertilizar con nitrógeno (N)? Pues bien, o cambia el potencial de fijación biológica o empezamos a considerar la aplicación de N; las respuestas se ven claramente cuando empezamos a explorar estos niveles de rindes", concluyó el especialista.
El sur también existe
Esteban Bilbao puso en blanco sobre negro la situación en el sudeste de Buenos Aires. "La idea es sumar información y aprender entre todos -dice el profesional-. El sur tiene dificultades con la soja. La temperatura de nuestro verano promedia 26ºC, con noches frescas. Las lluvias se ubican entre 600 y 900 mm; donde hay tosca cerca de la superficie todo se complica. Finalmente, el período libre de heladas va del 3 de octubre al 1º de mayo, pero se puede adelantar y dañar a la soja".
En principio, para hablar de rindes potenciales es necesario hacer una distinción. Hay que mencionar un potencial para los suelos someros, en los que por lo general se hace trigo o cebada/soja de segunda-soja. Ha sido fundamental la llegada del maíz tardío en baja densidad, además de maíz y girasol de segunda. Y en la otra vereda se encuentra el potencial para el ambiente profundo, donde la cantidad de cultivos utilizados en la rotación es mucho más amplia.
La nutrición es clave para reducir la brecha. "Comencemos por la inoculación, una técnica que falta ajustar en la zona. La fertilización con fósforo (P) en la línea está complicando la inoculación/fijación biológica, al igual que un escenario de seca. Para fertilizar recurrimos a un umbral de 10 ppm de P y usamos 40-60 kg/ha de DAP o SPT, al tiempo que se está empezando a agregar azufre (S)", detalla el disertante.
Desde ya, las malas hierbas juegan a favor de la grieta. "El problema de las malezas gramíneas viene claramente en aumento (Eleusine, sorgo de Alepo RG y otras), pero sin embargo es rama negra la que predomina; la tenemos controlada en tanto no aparezcan individuos resistentes a ALS. En segundo plano cabe citar a Sonchus (viene creciendo), Amaranthus, nabolza, raigrás (muy importante, aunque no tanto en soja). Entre las plagas complican bicho bolita, isoca medidora y el complejo de chinches, con más dudas que certezas. Las enfermedades también restan, en especial la generada por Cercospora kikuchi, que aún no hemos podido manejar adecuadamente; todavía no hay respuestas contundentes a la aplicación de fungicidas".
Mirando al norte
Luis Robles Terán es asesor CREA en el norte del país, más específicamente en la zona conocida como Chaco Santiagueño. Destaca la importancia del barbecho y de un adecuado manejo del mismo, al tiempo que cita las conclusiones de ensayos realizados en tres localidades con tres fechas de siembra distintas. "El rinde está en función de clima y ambiente, y sólo podemos manejar este último. La zona tiene alta variabilidad en términos de precipitaciones, y cuenta con temperaturas de diciembre a marzo mayores a 30 ºC, lo que implica elevada exigencia de disponibilidad de agua para los cultivos", grafica el disertante.
Robles Terán asegura que han ido construyendo ambientes mediante la incorporación continua de campos y la consolidación de pisos más seguros. "En esta zona cobertura y manejo de rastrojos es una cuestión de vida o muerte. Por cada tonelada de rastrojo que logramos aumenta el rinde potencial de soja. El sorgo aquí es clave, porque no es fácil poner dentro de la rotación un cultivo de invierno. Bien puede decirse que sorgo y el maíz son cultivos de servicio para la soja, en tanto incipientemente avanzan los cultivos de cobertura; estamos estudiando cuales sería los más adecuados. Desde ya, cuanto mejor manejamos las malezas más kilos de granos producimos; todos los años recurrimos a la aplicación selectiva y ella nos permite mantener el lote limpio casi todo el barbecho".
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