La tecnología de procesos, el desafío para la zona núcleo
En la zona central del país, la estrategia de control es conseguir el mejor ajuste entre el control químico temprano de las malezas con las ventajas competitivas de una emergencia rápida del cultivo
08/08/17-En el centro del país, la mayor intensidad en las rotaciones, respecto al norte, tampoco parece solucionar el problema de las malezas duras. La problemática está creciendo año tras año. Por eso, en este caso, el desafío es manejar el problema con tecnología de procesos, apoyada en la determinación del mejor ajuste del ciclo de la maleza, respecto del sistema productivo.
En la Jornada Nacional de Malezas, Juan Carlos Ponsa, experto del INTA Pergamino, centró su análisis sobre su zona en las gramíneas resistentes y tolerantes. "Echinochloa colona comienza la infestación desde la cabecera, como escape al control del glifosato, y rápidamente gana el lote con una alta densidad de un año a otro. Cuando la densidad de plantas es muy alta, las pérdidas de rendimiento en soja son muy graves. Y, por más que el productor quiera controlar la especie con un graminicida post-emergente, las pérdidas de rinde son irreversibles y pueden alcanzar hasta un 51 por ciento", sostuvo el especialista. De esta forma, el objetivo del manejo es lograr la implantación del cultivo sin la maleza y, una vez lograda, trabajar con un producto residual para evitar nuevos nacimientos dentro del cultivo.
Entonces, para especies como Echinochloa colona o Eleusine indica, que tiene nacimientos primaverales concentrados desde septiembre hasta noviembre, hay que priorizar el manejo pre-emergente. Si decide por el control postemergente, este debe ser con una planta chica, de lo contrario, no es eficaz.
De acuerdo a datos de Ponsa, en el caso de los Amaranthus hybridus y palmeri, las pérdidas de rendimiento sobre soja de primera son aun altas hasta con baja infestación porque la maleza es más competitiva que las citadas anteriormente. Según sus trabajos, hasta con media planta de esta especie por metro cuadrado, representa una pérdida que puede llegar hasta 3 quintales por hectárea de la oleaginosa.
Entonces, Ponsa plantea una serie de medidas preventivas, culturales y químicas para un control eficaz de estas especies. Entre las preventivas, están la limpieza de las cosechadoras para evitar la diseminación de una región a otra, el monitoreo de lotes, evitar la cosecha de los manchones de malezas, las enmiendas con abonos orgánicos y eliminar individuos aislados. Respecto a las segundas, recayó sobre la rotación de cultivos, los cultivos de cobertura y generar una buena arquitectura del cultivo (distanciamiento entre hileras, densidad adecuada, variedad con buena estructura de planta y óptima fecha de siembra). Respecto de las químicas, dijo, son medidas que van de la mano de las culturales y las preventivas, e insistió en que los efectos de los mejores tratamientos se producen durante la pre-siembra.
Diego Ustarroz, especialista de INTA Manfredi, Córdoba, señaló que las especies que más preocupan en esa provincia son los Amaranthus, el sorgo de Alepo o Eleusine indica, que tienen resistencia múltiple y con las cuales es más probable que el cultivo compita durante su ciclo.
En esa provincia, el avance de las especies con resistencia a herbicidas estuvo ayudado por el retraso de las fechas de siembra del maíz hacia el mes de diciembre, decisión técnica que genera barbechos invernales más largos.
"En estos casos -dice Ustarroz- esta amplia ventana de siembra implica la aplicación de atrazina. Normalmente, esos lotes pasan a soja de primera y reciben una o dos aplicaciones del mismo activo para el control invernal con lo cual crecen los riesgos de resistencia y contaminación ambiental." Otras de las desventajas de los maíces tardíos es la desocupación tardía de los lotes. También implica una dificultad en el manejo de ciertas especies.
Para el especialista, actualmente, los barbechos son demasiados largos. "La vuelta a las siembras tempranas de maíz significaría tomar decisiones de control anticipadas, desocupar antes los lotes en el otoño y pensar en el trigo para el siguiente invierno", manifiesta Ustarroz. En cambio, agregó, si se decide sembrar el maíz en diciembre, hay que pensar de qué forma se hacen menos aplicaciones de producto.
Para concluir, Ustarroz se refirió a los cultivos de cobertura. "En estos casos, hay que generar más información para cada zona porque estamos modificando el sistema productivo. En nuestra zona, la realización de un barbecho químico en comparación con la siembra de una consociación de vicia y triticale mostró que la frecuencia de infestación y la densidad de especies problema bajó con las coberturas", concluyó.
Esta nota fue publicada en Revista Chacra