En el norte las gramíneas son el dolor de cabeza
Los especialistas apelan a que, conociendo la biología de las malas hierbas, se puede determinar el momento oportuno de control que acelerará la llegada de las soluciones.
04/07/17-"Entonces, el inicio del problema -dijo Marcelo De La Vega, especialista de la Universidad Nacional de Tucumán- es que se simplificó el control con el uso de un producto eficaz que se aplicaba en cualquier momento y sin pensar en la calidad con la que ésta se hacía. Y de esa forma se intentó simplificar todos los sistemas". Obviamente se estaba refiriendo al glifosato.
Siendo gráfico ante esta afirmación, el experto asemejó la eficacia del manejo de las malezas con un "triángulo virtuoso" con los tres vértices que acaba de definir (producto, momento y calidad de aplicación), e hizo hincapié: "Los herbicidas no ejercen su mejor efecto si no son aplicados en el momento oportuno porque las malezas son seres especiales que no sólo aprendieron a controlar el espacio, sino también el tiempo a través de planteo de las resistencias".
De acuerdo a un sondeo general de las especies que afectan a la región noroeste, dijo que "están casi todas las gramíneas": sorgo de Alepo, Echinochloa colona, Eleusine indica, Urochloa y una muy problemática: la Digitaria sanguinalis. También aclaró que hay severos problemas con Chloris/Trichloris, rama negra y Amaranthus palmeri.
Según De La Vega, entender la dinámica de crecimiento de este gran elenco de especies es la punta del iceberg para empezar a solucionar el problema y determinar cuál es el momento oportuno de control. Esto derivará en la elección del mejor producto y manifestó que "un párrafo aparte" es conseguir una buena aplicación. "En este caso se trata de lograr una buena cobertura del producto y hacerlo con el tamaño de gota adecuado", concluyó.
Hacia el nordeste argentino, la gravedad de las resistencias y tolerancias de malezas no difiere respecto al noroeste. Allí, las gramíneas también son un gran inconveniente técnico.
Para esta región, la experta de INTA Sáenz Peña, Graciela Guevara, celebró los cambios que se están dando en su zona. "Está creciendo la siembra de cultivos invernales y, al mismo tiempo, se diversifican las rotaciones de los estivales con más maíz, girasol y algodón. Además, los productores están trabajando en la implementación de cultivos de cobertura", subrayó.
A pesar de reconocer la progresiva toma de conciencia del problema por parte de los productores, Guevara afirmó que "a futuro crecerá la frecuencia y la abundancia de nuevas especies". Por eso el problema debe abordarse adoptando prácticas de manejo integrado de malezas; emplear estrategias de manejo centradas en la prevención, contención y erradicación de especies; hacer un uso racional de herbicidas; estudiar el comportamiento de las malezas en cada ambiente y manejar bien el agroecosistema.
A modo de conclusión de lo que pasa en el norte del país, ambos especialistas se refirieron a las estrategias a las que migraron los productores para el manejo de los barbechos largos de invierno y que, advirtieron, no difieren en mucho de lo ocurrido con el glifosato.
Según datos de estos expertos, en esas zonas aumentó el uso de herbicidas selectivos y actualmente las aplicaciones están repartidas, aproximadamente, en partes iguales entre estos y el glifosato. Sin embargo, los primeros en Argentina (como Cletodim y Haloxifop) tienen un mercado que actualmente representa 200 millones de dólares, lo que equivale a doce millones de hectáreas tratadas. "Y en el país no existe esa superficie afectada por gramíneas resistentes. Lo que implica que estamos haciendo de dos a tres aplicaciones de graminicidas. Entonces, si seguimos presionando el sistema, ¿qué nueva maleza surgirá como resistente?", subrayaron.
Esta nota fue publicada en Revista Chacra de Junio