Aun se puede sembrar
Las reservas superficiales aún se sostienen, pero todo indica que las próximas jornadas producirán un secamiento en la cama de siembra
Las lluvias de comienzo de noviembre permitieron dar impulso a las siembras de soja de primera, las cuales según estimaciones de la BCR, han superado el cincuenta por ciento de la intención prevista. Las condiciones de humedad superficial se mantienen aptas para las tareas de siembra, pero no por mucho más tiempo.
Las exigentes condiciones de temperatura previstas para los próximos días ingresando en el período en que las horas de insolación comienzan a extenderse, generan un contexto que ajusta rápidamente la disponibilidad de humedad superficial. Esto puede imponer a lo largo de la próxima semana un escenario muy irregular en el avance de las implantaciones la zona núcleo.
Es muy recomendable, dado que el almanaque todavía da margen, hacer una correcta evaluación de la humedad superficial y no arriesgar siembras en contextos que pueden resultar perjudiciales. El período que se avecina, no es el mejor desde el punta de vista pluvial para esta época de noviembre y es por eso que se recomendable un poco de paciencia en áreas que vienen atrasadas.
El mapa de reservas superficiales muestra un predominio de reservas adecuadas pero las mismas están al limite de un natural retroceso al ingreso de un período seco.
FIGURA 1
Se espera que con el correr de las próximas tres jornadas las reservas superficiales regulares se manifiesten en una región más extendida y esto es lo que puede condicionar el avance de las siembras. Es necesario remarcar que para el cálculo que se representa en el mapa, no es posible considerar el manejo que se ha hecho de los lotes. Esto puede dar un margen extra de humedad, lo cual es un aspecto muy irregular de evaluar a gran escala. Esto necesariamente impondrá condiciones variadas para el avance de la implantación y por lo tanto el trabajo perderá ritmo o será más dispar.
Entre martes y miércoles de la semana próxima el avance de aire húmedo puede favorecer el aumento de las coberturas nubosas, sin embargo las lluvias que aparecen en las soluciones de los pronósticos evidencian una actividad atmosférica pobre. Es decir, por lo pronto, la dinámica prevista no tiene el potencial suficiente como para transformar el aumento de la humedad en sistemas precipitantes destacados. No se descartan algunas lluvias modestas, sin embargo las mismas en vastos sectores de la franja central del país siguen sumando pobremente en pos de alcanzar la oferta normal de noviembre. Este escenario de lluvias deficitarias en el corto plazo es favorable para las zonas que han sufrido inundaciones en el noreste de BA o de la cuenca del Salado.
Entendemos que la situación actual no amerita pensar en un cambio de patrón pluvial. Parece más claro, sin embargo, que las lluvias abundantes están en retirada en zonas del sudoeste de la región pampeana. A medida que las lluvias regresen en la última década de noviembre o en la transición hacia el mes de diciembre, es más probable que los máximos pluviales muestren otra ubicación, preferenciando seguramente sectores de la franja central del país y también del NEA.
Las lluvias en el NOA, apenas han insinuado un comienzo de temporada, pero los volúmenes distan mucho de ser los necesarios para lograr una recomposición satisfactoria de los perfiles de humedad. La bajada de humedad con mayor componente amazónica desde los llanos orientales bolivianos no es todavía muy efectiva. Siendo este un flujo de humedad indispensable para la mejora de las lluvias del sector, este comportamiento impone un fuerte nivel de incerteza en el comienzo de la gruesa en las zonas más favorables de Salta o Santiago del Estero. En la zona algodonera-sojera del centro de Chaco se ha recibido recientemente lluvias abundantes y es posible que esto anime a los productores a acelerar el ritmo de la implantación.
Sobre el sudeste de BA, las reservas son buenas y las siembras de los primeros lotes de soja, aún no llegan a la fecha habitual. Estimamos que la zona no tendrá problemas en avanzar con el calendario previsto durante la última década de noviembre. En este sector, como siempre, las mayores incertezas se concentrarán en las siembras de segunda sobre cebada o trigo, momento en que normalmente se producen los desecamientos más marcados. Si el patrón pluvial no se modifica, este año seguramente será un año más fácil para cumplir con la intención de siembra. Veremos entonces como se da la transición pluvial para diciembre en este sector, sin que se observen por lo pronto motivos para pensar en una merma sostenida en la oferta de agua.
En resumen, es posible o incluso razonable, que durante la próxima semana el avance de las siembras en la zona núcleo se realice con estrategias más cuidadas, atendiendo la disponibilidad de la humedad superficial combinado con la evolución del pronóstico de lluvias en el corto plazo. Si bien el año ya trae una carga pluvial sobrada, la humedad, sobre todo en superficie, no responde directamente a esta sobreoferta anual y por lo tanto el monitoreo y la paciencia pueden ser aliados indispensables en estos momentos de importantes decisiones.