Agricultura

La urgente necesidad de una planificación agrícola flexible y racional

La campaña agrícola 2024/25 comenzó bajo un panorama ajustado, lo que requiere una cuidadosa planificación y el uso racional de insumos. A pesar de algunas mejoras en las relaciones de precios de cultivos finos, todavía faltan cambios cruciales que debe implementar el Estado

Revista Chacra
27 de Junio de 2024

Los cultivos de gruesa también enfrentan desafíos económicos, y los precios bajos actuales no permiten pagar los derechos de exportación.

Un inicio desafiante

Diego Olivera, asesor de los Grupos CREA Tandil, San Manuel y Arroyo de los Huesos en la provincia de Buenos Aires, identifica con precisión los puntos críticos que los productores deberán abordar. Hasta ahora, las condiciones climáticas han sido favorables para los cultivos de fina, con perfiles de suelo que tienen suficiente agua. Sin embargo, persiste la amenaza de una Niña en el segundo semestre, que podría impactar más allá del período crítico para trigo y cebada. Olivera subraya que la situación climática en agosto será decisiva para el futuro de estos cultivos.

La situación del trigo y la cebada

En los últimos cuatro meses, el precio del trigo FOB ha caído entre 70 y 80 dólares por tonelada debido a la inundación del mercado con cereal barato del Mar Negro. Aunque este proceso está disminuyendo y la tensión en la región está aumentando, los precios para los productores argentinos han mejorado ligeramente, situándose entre 213 y 214 dólares por tonelada. Brasil, que ha enfrentado problemas con su cosecha, aumentará significativamente sus importaciones después de tres años de declive, lo que podría beneficiar a los productores argentinos.

A pesar de estas mejoras, se espera que el área de siembra de trigo en Argentina sea nuevamente inferior al promedio de los últimos cinco años. Para estimular la siembra, se necesitarían precios más altos, menores costos de insumos o una reducción en las retenciones. Por otro lado, la cebada presenta la relación stocks/consumo más baja de las últimas diez campañas, con un aumento en el precio y la aparición de negocios tempranos con cebada cervecera.

Australia, uno de los principales productores de cebada, ha retomado el mercado chino, desplazando parte del negocio que Argentina había ganado en los últimos tres años. La cebada necesita ser comercializada en los primeros tres meses después de la cosecha, ya que la demanda exportadora desaparece rápidamente y no vuelve hasta la primavera.

Olivera destaca la aparición temprana de contratos con cebada, como el MATba más 25 dólares con entrega en Rosario, fijaciones al 30 de noviembre próximo, o a enero más 17 dólares, o 205 dólares para Necochea, lo cual resulta alentador.

Los desafíos de la gruesa

La producción de maíz en Argentina se está reduciendo significativamente, a lo que se suman las incertidumbres sobre la safrinha brasileña. En Estados Unidos, se espera un aumento en la relación stocks/consumo (bajista), pero también una posible disminución del área sembrada de maíz en favor de la soja debido a la relación de precios entre ambos cultivos (alcista).

Olivera señala que la estacionalidad de la venta de maíz indica que debería negociarse entre noviembre y marzo, ya que después el precio tiende a caer con el aumento de la oferta, alcanzando mínimos en julio-agosto. Esta brecha de precios del 15% puede significar la diferencia entre ganar y perder en este negocio, con precios actuales en el sudeste de Argentina que oscilan entre 188 y 190 dólares para Necochea/Bahía Blanca.

Se sospecha que la producción de maíz en la próxima temporada podría disminuir debido al temor a la chicharrita Dalbulus maidis, lo que llevaría a muchos productores a optar por la soja. En cuanto a la oleaginosa, Brasil avanza con una cosecha prometedora, mientras que en Estados Unidos se espera un aumento en la relación stock/consumo, y la nueva siembra en el Medio Oeste progresa en condiciones normales.

Las dificultades del girasol

El girasol enfrenta complicaciones, ya que los líderes del mercado global en el hemisferio norte no están registrando mayores problemas. Se espera que Argentina produzca entre 3,6 y 3,8 millones de toneladas, pero los precios y las enfermedades, como Phomopsis, están afectando la producción. Algunas esperanzas están puestas en los aceites vegetales, aunque la situación es incierta.

Estrategias de manejo

Olivera aconseja mantener flexibles los planes y no usar herbicidas que limiten la siembra de otros cultivos. Sugiere priorizar la venta de maíz viejo, seguido por las cebadas, debido a los buenos precios y la complicación logística posterior con los buques, y dejar la soja para el tercer lugar. El trigo debería comercializarse en el segundo semestre, y el girasol debería guardarse hasta que su precio mejore.

Las relaciones de precios insumo/producto son un aspecto crítico a considerar. En febrero, estas relaciones eran desastrosas para los cultivos de fina, con costos un 50% por encima de los niveles históricos. Sin embargo, en marzo y abril, la situación comenzó a mejorar, ubicándose dentro de los umbrales de los últimos ocho años para el nitrógeno, aunque el fósforo sigue siendo caro. Olivera recomienda ajustar la cantidad de fertilizantes según el contenido de fósforo en el suelo para optimizar costos.

Comparación de costos con Brasil

Los fertilizantes son considerablemente más baratos en Brasil, donde la urea cuesta entre 390 y 440 dólares dependiendo de la distancia al puerto. A nivel mundial, tanto el precio de la urea como el del MAP están en baja. Olivera sugiere no comprar fertilizantes hasta el día en que se vayan a usar, a menos que se trate de canjes inevitables. Una reducción significativa de precios podría provenir de la eliminación del Impuesto País y la tasa de estadística en estos productos, lo que haría las relaciones mucho más atractivas.

Márgenes y planificación

Los CREA del sudeste planifican sus cultivos considerando factores como la napa, la presencia de tosca, el riesgo de heladas y la pendiente. En las zonas bajas de la región serrana, donde no hay tosca y suele helar fuertemente, se siembran cultivos de gruesa. En las lomas húmedas, se rota cebada o trigo con girasol o soja de segunda, maíz tardío, y posiblemente maíz de segunda. En las lomas secas, solo se siembran cultivos de fina y sus socios de segunda siembra.

Para esta campaña, han planificado con precios de 205 dólares para el trigo, 180 dólares para la cebada forrajera, 210 dólares para la cebada cervecera, 280 dólares para la soja, 165 dólares para el maíz y 290 dólares para el girasol. Los costos de fertilizantes también se han considerado, con el MAP a 880 dólares y la urea a 565 dólares. Los alquileres se pagan en función del potencial del lote, con 13 quintales por hectárea en lotes de alto potencial y 12 quintales en los de potencial medio.

Un año desafiante

Con estos números, este es el segundo peor año de los últimos catorce. En ambientes intermedios, la cebada es la actividad que mejor cierra, con la posibilidad de lograr un 85% de cebada cervecera si se trabaja con seriedad. El trigo apenas alcanza el punto de equilibrio, y en la gruesa, solo el maíz muestra un leve margen de ganancia.

En ambientes de alto potencial, el maíz se comporta bien, la soja empieza a ser rentable y el girasol sigue siendo problemático. El maíz, sin embargo, está sujeto a las medidas de control sobre Spriroplasma. La estrategia incluye aumentar la superficie de cebada y maíz, y reducir el área destinada al girasol, reemplazándolo por soja.

Precio de dolor

Olivera advierte que los productores han tenido que ajustar sus expectativas de renta. Con una renta del 8%, hay razones para celebrar en el contexto actual. Para duplicar ese rendimiento, se necesitarían precios significativamente más altos para todos los cultivos: 172 dólares para el maíz, 353 dólares para el girasol, 324 dólares para la soja, 215 dólares para la cebada cervecera y 230 dólares para el trigo. Alcanzar estos precios implicaría la necesidad de vender en cuanto el mercado ofrezca estas oportunidades.

Conclusión

La campaña 2024/25 se presenta como un desafío para los productores argentinos, que deben ser flexibles y estratégicos en su planificación y manejo de insumos. A pesar de algunas mejoras en los precios, el panorama sigue siendo incierto, y la capacidad de adaptación será crucial para enfrentar los retos climáticos y económicos. La colaboración y el intercambio de información entre los grupos CREA y otros actores del sector serán vitales para navegar esta temporada con éxito.


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