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Recomendaciones agroforestales para recuperar los suelos patagónicos

El equipo de especialistas del INTA Patagonia Sur brindan recomendaciones para preservar el suelo y la salud de los animales.

1 de Abril de 2025

 La primera recomendación es evitar la pérdida de suelo. Para ello, se puede esparcir semillas de especies anuales de rápido crecimiento (leguminosas, cereales o gramíneas), según las características de cada sitio, con el fin de cubrir rápidamente la superficie afectada por el incendio (no con el objetivo de pastoreo).

"Por otro lado, impedir el pastoreo de las plantas. La presencia de animales evita el rápido crecimiento de las plantas, haciendo más lenta la colonización vegetal y facilitando la erosión. Asimismo, se recomienda que en lugares con pendiente disponer el material quemado (troncos, ramas) formando pequeñas terrazas de forma perpendicular al terreno para disminuir el movimiento superficial del agua", explica Javier Mariño, jefe de la Agencia de Extensión Rural El Hoyo del INTA -Chubut- Mariño.

En segundo lugar, el manejo de la vegetación. No se debe cortar ningún árbol o arbusto hasta 2 otoños posteriores al fuego. Existe la posibilidad de rebrote desde la base y recuperación de parte de la copa (por ejemplo, el ñire, el maqui, el pañil o el radal). De ser posible, reforestar en el primer otoño priorizando las mayores superficies afectadas. Evitar la colonización de especies invasoras como la rosa mosqueta, retama, murra, berrys, pinos radiatas.

Asimismo, evitar la extracción de troncos y leña antes de los 2 años posteriores al fuego (utilizar solo lo indispensable). Todos los elementos quemados o no, en pie o en el suelo, son importantes para favorecer la rápida recuperación de la superficie.

Otra clave de estas recomendaciones es atener la salud animal. En primer lugar, adecuar el número de animales del establecimiento, intentado descartar categorías poco eficientes (descartar animales viejos y enfermos, priorizando madres y reproductores en buen estado).

Luego, realizar destete anticipado y organizar las ventas para disminuir los requerimientos de las madres y la carga animal del establecimiento. En este sentido, los terneros pueden destetarse a partir de los 50/60 días de edad y con un peso mayor a 60 kilos, y los corderos pueden destetarse a partir de los 30 días de edad y con un peso mayor a 10 kilos.

"También recomendamos vender los animales destetados o mantenerlos a corral siguiendo las pautas para el manejo de la alimentación y de la sanidad como desparasitación y vacunación clostridial", indicó Mariño.

Y agregó que "es importante observar con detenimiento los animales para identificar daños ocasionados por el incendio, ojos (irritación, úlcera), pezuñas, ubres y vientre y cuerpo en general (quemaduras, cortes). Identificado el problema, consultar con un veterinario para su tratamiento".

Asimismo, es clave revisar las aguadas (principalmente las de aguas quietas) y evitar el pastoreo en zonas quemadas para no favorecer el desgaste prematuro de la dentadura y las enfermedades digestivas o respiratorias.

Si hay poco pasto en el campo los animales no pueden pastorear y se hace necesario entregarles forraje. A las ovejas se les debe entregar 1 kilo de pasto por día por animal y a las vacas 5 kilos de pasto por día por animal.

Por último, es aconsejable restringir el uso del predio, evitar la circulación con vehículos o animales hasta 2 otoños posteriores al incendio, principalmente en zonas con pendiente.

En la Comarca Andina del paralelo 42 hubo dos incendios de interfase, en enero en Epuyén -Chubut - y en febrero en el paraje de Mallín Ahogado -Río Negro-, el último incendio de estas características se había registrado en la zona de los parajes de Las Golondinas y El Hoyo -Chubut- en 2021.

Estos incendios se dieron en plena cosecha de fruta fina y hortalizas en la zona del Noroeste de Chubut y ambos comenzaron de manera similar, con temperaturas registradas en 35 grados y vientos intensos. Empezaron en una zona baja del terreno y por las condiciones del tiempo avanzaron rápidamente a la zona de viviendas y chacras.

El incendio de Epuyén afectó aproximadamente a 3700 hectáreas de bosque nativo e implantado. Por otro lado, el de Mallín Ahogado se dio en la confluencia de los ríos Azul y Blanco y afectó a 3825 hectáreas. Se vieron comprometidas por el fuego alrededor de 157 viviendas, aserraderos portátiles, edificaciones varias y vehículos. También los alambrados quedaron destruidos, lo que generó inconvenientes para los pequeños productores del lugar que tienen animales.


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