Precios bajos, ventas demoradas y mucha incertidumbre en el campo argentino
Dante Romano, especialista de la Universidad Austral, analizó el escenario actual del agro con foco en la marcha de la cosecha gruesa, el impacto de los precios internacionales, la presión por liquidar y las dudas que rodean la próxima campaña de trigo y cebada.
La cosecha gruesa avanza con entre tres semanas y un mes de atraso respecto a lo habitual, generando un efecto dominó sobre el mercado. "Este pico de camiones que estamos teniendo normalmente se produce en marzo", señaló Dante Romano, analista y docente de la Universidad Austral. Según explicó, la actividad comercial luce apagada en comparación con años anteriores, en parte porque para que los exportadores liquiden, los productores tienen que vender, y para que los productores puedan vender, tiene que haber cosecha.
A la incertidumbre climática que marcó el comienzo del ciclo, se suma un nivel bajo de ventas anticipadas: "Llegamos a la cosecha con menos del 10% de la producción vendida, cuando normalmente para estas fechas se ronda el 15%", precisó Romano en conversación con el programa radial Chacra Agro Continental. Esta demora en las decisiones comerciales está asociada no solo al atraso en las tareas de recolección, sino también a dudas productivas que recién se despejaron.
El escenario de precios no colabora. "Hace un mes veíamos precios de 300 dólares por tonelada, hoy hablamos de 270, y con 230 dólares algunos productores están directamente en quebranto", sostuvo el especialista. La combinación de presión de cosecha local, ingreso de mercadería desde Brasil y demanda internacional debilitada, contribuye a esta caída. Aun así, Romano anticipó que va a haber ventas, y estas ventas van a traer liquidación de divisas, aunque aclaró que serán ventas justas y necesarias para cubrir deudas.
De cara a la próxima campaña fina, el panorama tampoco es claro. Con el 30 de junio como fecha clave por la posible suba de derechos de exportación, Romano advirtió que no hay margen para volver a incrementar las retenciones. En su visión, un cambio en ese sentido implicaría una baja adicional de seis dólares por tonelada en un contexto de precios ya muy ajustados. "El sector necesita generar, con lo cual va a haber una apuesta fuerte a la fina", afirmó.
Sin embargo, alertó sobre la falta de certidumbre que condiciona la inversión. "Es una locura tener que decidir si sembrás trigo o cebada sin saber si te suben las retenciones en junio para bajártelas en octubre, cuando tenés que invertir en mayo y recuperar en noviembre o diciembre", sentenció. Según Romano, la medida podría prorrogarse si las condiciones fiscales y cambiarias acompañan, pero por ahora propone trabajar con el supuesto de que el incremento se va a dar.
En un escenario marcado por precios bajos, presión financiera y clima político-económico inestable, el productor se ve obligado a tomar decisiones clave sin contar con un horizonte claro.