Peligra el lugar de China como principal importador de cereales
En la actual campaña importará cerca de la mitad en volumen y las proyecciones muestran más reducciones. Los desafíos que vienen.
En su reporte de Estimaciones de Oferta y Demanda Agrícola Mundial (WASDE, por sus siglas en inglés) de febrero, el USDA hizo un importante recorte en las importaciones chinas de maíz y trigo para la campaña 2024/25, que ya se estimaban muy por debajo de los niveles vistos en los años recientes. El número de importaciones de maíz pasó de 13 a 10 Mt, mientras que las de trigo se recortaron de 10,5 a 8 Mt. Estos volúmenes supondrían un descenso del 57% y el 32% respecto a los respectivos promedios de las cuatro campañas anteriores, indica un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Contexto y proyecciones a futuro
Según el informe, en medio de un proceso de envejecimiento y contracción de la población que se conjuga con un enfriamiento de la economía, las perspectivas para el futuro no son alentadoras. El menor crecimiento económico en China y las dificultades en el mercado inmobiliario han golpeado la confianza de los consumidores, llevando a las familias a recortar el consumo de carne, lo que reduce la demanda de granos para alimentación animal.
A su vez, se profundiza la orientación de las políticas chinas hacia la autosuficiencia en cereales y otros productos agrícolas importantes. Esto se refleja en la ley de seguridad alimentaria que comenzó a regir desde el año pasado.
Entre las diversas medidas se incluyen la prevención de la pérdida de tierras de cultivo, la mejora de los campos, los paquetes de subsidios que incluyen un pago para todos los productores de cereales, pagos directos para los productores de algodón, soja, maíz y arroz, y precios mínimos para el trigo y el arroz. A su vez, desde el gobierno chino han dado prioridad a la mejora en la investigación y el desarrollo de la industria de semillas para aumentar el rendimiento de los cultivos. Todo esto se suma a las grandes reservas de granos que el país mantiene como política de seguridad alimentaria.
Con este marco, todo indica que el papel de China en el mercado internacional ya no será el mismo que en la primera parte de la década actual y los productores y comerciales del mundo deberán adecuarse a una nueva realidad, más parecida a la de la década pasada.