Caracol gigante africano: Cómo reconocerlo y actuar
El caracol gigante africano es una de las especies invasoras más peligrosas del mundo. Afecta cultivos agrícolas, transmite parásitos perjudiciales para la salud humana y se adapta fácilmente a diversos entornos.
El Achatina fulica, conocido como caracol gigante africano, es una de las 100 especies invasoras más peligrosas del mundo. Originario de África Oriental, este molusco ha logrado establecerse en diferentes regiones del planeta debido a su capacidad de adaptarse a diversos ambientes y a su alimentación variada, que incluye una amplia gama de plantas cultivadas y silvestres.
Este caracol representa una amenaza significativa para la agricultura, ya que consume cultivos básicos como frutas, verduras, legumbres, y granos, lo que genera pérdidas económicas considerables para los productores. Además, su alta tasa reproductiva agrava la situación, ya que una sola hembra puede poner hasta 1.200 huevos al año, facilitando una rápida invasión de nuevas áreas.
No solo afecta los cultivos, sino también la salud pública. El caracol gigante africano es portador de parásitos peligrosos como el Angiostrongylus cantonensis, conocido como el gusano pulmonar de la rata, que puede provocar meningitis eosinofílica en los seres humanos. Este parásito puede transmitirse a través del contacto con la baba del caracol o al ingerir alimentos contaminados. Por ello, es fundamental evitar cualquier manipulación directa de estos moluscos sin las medidas de protección adecuadas.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) solicita a productores, investigadores y ciudadanos en general que informen inmediatamente si detectan o sospechan la presencia de esta especie invasora. Reportar estas situaciones contribuye al cuidado del patrimonio fitosanitario y a evitar la propagación de esta plaga.
La colaboración activa entre productores, investigadores y la ciudadanía es esencial para proteger la biodiversidad, la agricultura y la salud pública en Argentina.