La fruticultura del Alto Valle no espera buenos resultados
A pocos días del inicio de la cosecha, referentes y técnicos frutícolas coinciden en que la cantidad será buena pero la calidad dejará que desear.
La producción frutícola no parece estar pasando un buen momento. Por el contrario, dirigentes del sector y asesores técnicos coinciden en que el sistema productivo del Alto Valle de Río Negro y Neuquén está "roto" y que esta podría ser una de las peores temporadas.
Horacio Pierdominici, presidente de la Cámara de Productores de Cipolletti, advierte que desde hace 10 años la producción significa una pérdida de dinero. El dirigente reafirma que la calidad viene cayendo y continuará en ese camino, y asegura que "el productor primario está en peligro de extinción".
A la vez, el gremio UATRE pide un 45% de aumento para los trabajadores de la cosecha, y amenaza con hacer un paro. El titular de la entidad que nuclea a los productores adelanta que "sería lo mejor que pueden hacer", porque desde su parte no tienen nada para ofrecer en un contexto de pérdida total de la rentabilidad. "El argentino -dice- está acostumbrado al apriete, pero a nosotros nos pueden apretar tranquilos porque esta vaca no tiene más leche para dar".
¿Qué condujo a la fruticultura a esta situación?
Tadeo Ballivian, asesor técnico y productor frutícola, advierte que el Valle está "destruido", y lo atribuye al estado de las rutas, los galpones, la maquinaria, los problemas sanitarios, los montes abandonados y el deterioro de las plantaciones, que agudizan la brecha entre aquellos que todavía pueden producir bien -que son unas pocas empresas- y el productor, que está "realmente complicado".
En paralelo, afirma que cada vez se hacen menos inversiones, y explica que en la cadena productiva cada área tiene su valor de referencia: el material de empaque tiene su costo, las tarifas el suyo, también el gasoil o el sueldo de los peones, pero el único que no tiene un precio cierto -y quien recibe el valor residual de toda la cadena- es el productor. Entonces -dice- siguen cobrando en diez o doce cuotas en pesos, sin actualización y terminan perdiendo por todos lados.
El técnico afirma que el productor es víctima de todo un sistema distorsivo, y que carga con plantaciones "obsoletas", por no tener acceso a las variedades que demanda el mundo; y detalla que más allá de las cuestiones macroeconómicas, el Valle tiene problemas que resolver en torno a la clasificación o la forma de pago, y llevaron a una situación "muy difícil de revertir". Ballivian habla de una baja de 15 o 20 mil hectáreas en los registros del Senasa en los últimos años, de las 45 mil hectáreas que históricamente produjo el Valle. Otro factor clave tiene que ver con los desincentivos para la gente joven: "Alguien que ve a sus padres o abuelos renegar hace 15 o 20 años con un sistema, no se va a querer meter a trabajar en la chacra".
"La producción no es rentable bajo ningún punto de vista", asegura Ballivian, y no advierte posibilidades de mejora a corto plazo: "De poder resolver algo sería a mediano o largo plazo, con reformas más integrales que frenen la presión impositiva o los costos laborales, porque -por ejemplo- el Estado se lleva el 60% de la relación contractual entre el productor y el empleado". Pierdominici suma que producir la fruta les cuesta 26 centavos de dólar, y a ellos les pagan apenas 17 o 18 centavos de esa moneda.
La UATRE anunció la llegada de 16.000 trabajadores "golondrina" destinados a levantar la cosecha de peras y manzanas en la región, y Pierdominici explica que en otras oportunidades se trató de entre 25 y 30 mil personas dedicadas a eso, uno de los índices que muestran la caída del sector.
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La cosecha les cuesta a los productores unos $3 por kilo, y el dirigente ratifica que no lo podrán pagar. Mientras tanto, las empresas aseguran que no hay financiamiento. "Van a quedar frutas en la planta, porque hay tipos de pera que si de casualidad logramos que se las lleven en la cosecha, nos la van a pagar como mucho 10 centavos por dólar".
A todo eso, en septiembre se le sumaron las retenciones
Pierdominici resume la situación en "un olvido total de la Nación", y argumenta que a todo un sistema "roto" se le suma la llegada en septiembre de los derechos de exportación. "Ahora, nos ponen unas retenciones más grandes que a la soja y nos cobran cuatro pesos por cada dólar exportado", dice a Agritotal. Para él, aún con lo deprimido que está, es conveniente vender al mercado interno, porque "para los productores primarios exportar es como suicidarnos". A dónde quiere llegar el Gobierno: esa es la pregunta que se hace el Presidente de la Cámara de Productores de Cipolletti, que adelanta que -de seguir en estas condiciones- el Valle volverá a ser un desierto, porque sólo se le da importancia a las explotaciones de petróleo.
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Por su parte, Ballivian declara que son los productores primarios quienes terminan pagando tanto las retenciones como los reintegros al puerto. "Por eso, la situación está muy cuesta abajo y es compleja de resolver".
Cómo viene la cosecha que comienza en pocos días
Ahora, y con las condiciones dadas, resta pensar en la cosecha. Pierdominici asegura directamente que la calidad es mala. Por su parte, el asesor técnico adelanta que la cantidad de frutas será buena, o rondará los valores promedio de las cosechas normales; pero confirma que hay poco tamaño en las variedades más tempranas a causa de una primavera muy fresca. Por eso, la cosecha se atrasará y comenzará recién el 20 de enero.